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ALTERNATIVAS

Mínima labranza y cultivos alternativos, estrategias clave para enfrentar la sequía: especialista

Productores exploran nuevas prácticas para optimizar el uso del agua y mejorar la rentabilidad del campo

Cultivo de tomates en Guasave
Cultivo de tomates en Guasave | Foto: Jonathan Espinoza

Guasave, Sinaloa. La sequía es uno de los principales desafíos para los productores de maíz en la región, lo que ha llevado a explorar nuevas estrategias que optimicen el uso del agua y mejoren la rentabilidad del campo. Es por ello que el Centro Internacional para el Mejoramiento del Maíz y Trigo (Cimmyt) ha implementado una plataforma de validación donde se analizan prácticas de agricultura de conservación, incluyendo la mínima labranza y el cultivo de especies más resistentes a la sequía, como el garbanzo.

Según Mariel Guera, coordinador nacional de Plataformas de Investigación del Cimmyt, el garbanzo representa una alternativa viable debido a su tolerancia a la sequía y a las altas temperaturas, lo que lo convierte en un cultivo ideal para este tipo de circunstancias.

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“Hemos visto que se están evaluando cultivos como el garbanzo, que es una alternativa muy importante, ya que el garbanzo es de esos cultivos tolerantes a la sequía como tal y a alta temperatura, así que manejarlo y más en agricultura de conservación en mínima labranza, es una buena alternativa para los productores para mejorar su rentabilidad”, explicó.

Otro aspecto clave en la lucha contra la sequía es la optimización del riego. La plataforma de validación busca determinar qué estrategias permiten un uso más eficiente del agua, reduciendo la dependencia de riegos excesivos y promoviendo sistemas más sustentables. Entre las prácticas evaluadas se encuentra la retención de residuos de cosecha, que ayuda a conservar la humedad del suelo y mejorar su estructura.

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Mariel Guera refirió que la mínima labranza es una de las prácticas con mayor potencial de ahorro, ya que reduce la cantidad de intervenciones en el suelo y el uso de maquinaria, disminuyendo así los costos de producción. En otras regiones se han observado ahorros de entre un 30 y 40 por ciento, aunque en esta zona aún se están recopilando datos concretos.

Fuente: Línea Directa.

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Jonathan Espinoza

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