Los Mochis, Sin.- Porque quien cree en Dios y su poder absoluto siempre aguarda la esperanza de tiempos mejores, por eso, para este Año Nuevo, la Iglesia Católica invita a reflexionar sobre la fe y buscar siempre la paz y la justicia.
El sacerdote Luis Manuel López Salazar del Santuario de Nuestra Señora de Guadalupe, a través de Línea Directa exhorta a almacenar en el corazón de cada persona y cada familia solamente sentimientos de amor y dejar de lado aquellos pensamientos que causen divisionismo y alejamiento entre la humanidad, porque, es justamente en el corazón y la familia donde se inician los grandes cambios que se necesitan en el mundo.
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Por este motivo, en el mensaje para el último día del año, López Salazar pide seguir orando por toda humanidad, por la vida y, sobre todo, para que el sentimiento de paz germine en el corazón de aquellas que viven momentos de caos y dolor lejos de Dios.
“Este año nuevo que estamos ya por iniciar, tenemos que avivar la virtud de la esperanza, contra toda esperanza hay que saber esperar en este niño que ha llegado, que ha venido a salvar la humanidad, a caminar con nosotros, a estar entre nosotros, que este año nuevo la última palabra no sea la desgracia, no sean las tristezas, que la última palabra nunca sea la injusticia, nunca sea la mentira ni el autoaborrecimiento”.
“Que la última palabra en el corazón del hombre siempre sea ese anhelo de justicia y de paz, el deseo de tendernos la mano unos a otros. En este Año Nuevo, fomentemos más todo aquello que nos une, todo aquello que nos vincula, y que evitemos la exclusión y la discriminación de aquellos que son nuestros hermanos y que tienen derecho a vivir y que tienen derecho también a mejorar su dignidad y su vida”.
“En este año nuevo que iniciamos ojalá que el sentir y la conciencia de muchos sea en un: ¡Basta ya la guerra! Y un deseo de paz. Basta ya la incredulidad que no nos ha generado nada de unidad sino una confianza más en las cosas de Dios, en las cosas divinas. ¡Basta ya! De golpearnos y de crear una cultura de descarte, de aniquilamiento, y busquemos más bien el diálogo que nos fraternice, el diálogo que nos hace reconocer en aquello que el otro aporta para engrandecer más la cultura de la verdad y la justicia”.
“En este año nuevo que iniciamos abramos más las manos y dejemos de tener las manos empuñadas y el corazón cerrado ante los gritos de muchos que claman justicia y paz, busquemos más el conservar el valor de la vida y dejémonos de tanta violencia y de tanta sangre en la calle, dejémonos de crear una familia llena de orfandad y de soledad, dejemos de extinguir lo más sagrado que es la vida humana”.
“Valoremos, apreciemos en este año más la grandeza de lo que vale la pena, siempre la confianza en Dios y al mismo tiempo conservemos la sacralidad de las familias y la sacralidad de cada hijo que habita en nuestra trinchera de nuestros hogares, busquemos mucho la unidad, la paz, la convivencia sana. Vamos, no permitamos que, en nuestros hogares entre el enemigo, entren los enemigos de la vida, los enemigos de Dios, los enemigos de la justicia, no permitamos que entren a nuestros hogares gente que va con el pie izquierdo a destruir sino gente que va con el pie derecho a unir y a dignificar la vida de las familias y de los seres humanos”.
“¡Ánimo! Contra toda esperanza, siempre esperar en la promesa de Dios que él siempre está para iluminarnos y para crear un ambiente más justo y más digno para nuestra sociedad y nuestras familias. ¡Feliz Año Nuevo a todos!”, son las palabras para todos los lectores y auditorio de Línea Directa.
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Añadió que nunca hay que dudar que Dios nos acompaña en cada segundo de nuestras vidas, en las alegrías, pero también en las tristezas, solamente se requiere acercarse a él para sentir su abrigo protector y cálido aliento sumamente necesarios recargar fuerzas y seguir transitando bajo su luz el camino que él mismo ha diseñado para cada uno de nosotros.
