Culiacán, Sin.- El primero en poner su brazo para participar
en la donación de sangre fue el gobernador del estado, Mario López Valdez,
respondiendo así su compromiso hecho con el secretario de Salud, Ernesto
Echeverría Aispuro y dejando de lado el temor a las jeringas.
Con esto se puso en marcha el Consejo Técnico de
Hemovigilancia del programa estatal de Medicina Transfusional, con el fin de
que en los hospitales haya suficiente sangre para atender a cualquier paciente.
?Me siento bien, contento de poder tener la posibilidad
física todavía, ayudar al enorme esfuerzo que se hace por parte de la
secretaría, para que por falta de sangre no tengamos pérdidas de vidas humanas
-¿está nervioso, tiene miedo? -Los hombres no tenemos esta característica de
no tenerle miedo a las inyecciones, la mayoría le tenemos miedo a la aguja,
pero pues soy un hombre que no le saco, no soy rajón, por una hablada y aquí
Echeverría me trajo, es que usted dijo, y ya me di cuenta que lo que yo digo
pues es ley, pues a cumplir?, indicó.
Desde muy temprano el mandatario estatal, vestido con ropa
deportiva, acudió al Hospital de la
Mujer, y aprovechando que había bastantes trabajadores de la
salud, periodistas y funcionarios, insistió en comprometer a los presentes para
que hicieran su donación.
-¿Quién le sigue? Quisiera saber qué periodista también.
Pongo un funcionario por cada periodista, denme un aplauso plebes, quién se va
a animar, alguien de prensa pues, luego voy a la Conexpo, voy a la Expoceres, luego a la
inauguración de la construcción de una unidad deportiva en Juan José Ríos,
luego me vengo a la reinauguración del Executivo y me regreso a la oficina,
está bien, no te acabes Malova?, expresó.
Por donar sangre tipo A-RH negativo, que es muy difícil de
conseguir, el Gobernador del Estado recibió su credencial que lo acredita como
integrante del club de donadores altruistas, y queriendo evadir su miedo a las
jeringas, aprovechó para contar algunos chistes.
?Tienen que estar muy atentos por si voy azotar para que se
me acomoden ahí, no me dejen abajo, yo nunca los he dejado abajo, voy a azotar
como chango viejo, está bueno pa las Polainas, ¿cada rato me sacan verdad??,
señaló.
Recordó que es su tercera donación de sangre, y que la
primera vez que lo hizo fue cuando tenía 20 años de edad y con el fin de
hacerle un favor a un amigo; luego de la donación se fue con su brazo doblado
directo a presentar un examen en el Instituto Tecnológico de Los Mochis, pero
que en esta ocasión corrió con suerte, pues esta vez le ofrecieron un sandwich,
fruta y un jugo de naranja.