Guasave, Sin.- Tuvieron que pasar casi cinco años para que una madre de la sindicatura de Nío pudiera recibir los restos de su hijo por parte de la Fiscalía General del Estado a pesar de que los habían localizados apenas 21 días después de que desapareció.
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Apenas el pasado día 20 la señora Juvencia López pudo darle cristiana sepultura a su hijo Óscar, a quien no volvió a ver con vida desde aquella tarde del 23 de marzo del 2017 cuando llegó de entrada por salida a su casa y se fue en una camioneta y nunca más regresó.
La adulta mayor narró a Línea Directa que el cuerpo de su hijo fue encontrado el 13 de abril de ese mismo año en avanzado estado de descomposición por los rumbos del municipio de Salvador Alvarado, por lo que les fue imposible reconocerlo a simple vista y al realizarle la prueba de ADN ella resultó con un 50 por ciento de compatibilidad, sin embargo, el agente del Ministerio Público entonces a cargo de la carpeta concluyó que eso no era prueba suficiente y se negó a continuar con las investigaciones.
“A los 21 días mi hijo ya no tenía vida, el 13 de abril del 17 (sic) lo hallaron, nos dieron para atrás teniendo el 50 por ciento de ADN mío el licenciado que estaba pues como que no le interesó yo creo, así quedó, está otro licenciado y el halló ese caso que tenía mucho tiempo y le interesó y dijo que él nos iba a ayudar a que se resolviera luego, le sacaron la sangre a mi hijo y de ahí lo mandó a Culiacán, salió con el 99”, explicó.
Aunque ahora ha recuperado parte de la tranquilidad que le arrebataron el día que ya no volvió a saber nada de Óscar, la señora Juvencia lamentó que pudiendo entregarle los restos de su hijo a las tres semanas de que desapareció, tuvo que esperar casi cinco largos años para que pudiera tener un lugar donde llevarles flores, debido al desinterés que priva en el personal de la Fiscalía para identificar los cuerpos.
Sin embargo dijo que afortunadamente hubo un agente del Ministerio Público con vocación de servicio que vio el caso de su hijo y en pocos días logró recuperarlo de la fosa común y ahora ya descansan en el cementerio de Nío.
