Mazatlán, Sinaloa. El espectacular monumento del venado “El Gran Orgullo”, desde esta noche ofrece una nueva imagen, gracias a la iluminación que fue inaugurada por las autoridades municipales y el fundador de Grupo D’portenis.
La emblemática figura que se ubica en el cruce de las avenidas Carlos Canseco y Paseo del Atlántico fue inaugurada en junio pasado y se ha convertido en un atractivo para turistas y locales que pasan por ese sector de la ciudad.
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José Oscar Sánchez Osuna, consejero fundador de grupo D’portenis, dijo que el venado no es una escultura más en el municipio, sino algo que caracteriza a los mazatlecos, a la gente que día a día recorre las calles y avenidas esta ciudad.
“Nos faltaba terminar esta parte del venado, que era la iluminación. Nos entretuvimos un poco porque todo lo que fue la parte de las luminarias que se iban a instalar eran importados. Tardaron un tiempo, pero no terminó el año sin que estuviera listo. Para nosotros no es una escultura más, sino es algo que pretende caracterizar a los mazatlecos”.
Sánchez Osuna reiteró la intención de la escultura del venado rojo es un regalo a los porteños, ya que representa el origen de Mazatlán, “la tierra de venados”.
Además, dijo que la figura simboliza las características físicas y culturales de los mazatlecos como son la fortaleza, la grandeza, el orgullo y su don de ser visionarios.
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Por su parte, la presidenta municipal Estrella Palacios Domínguez reconoció al empresario Sánchez Osuna por su compromiso hacia el puerto, aportándole para que se vea más bonito y agradable para locales y visitantes.
“Además de representar nuestra identidad, el gran orgullo que tenemos todas y todos de ser mazatlecos, también representa lo que podemos hacer en unión el Gobierno Municipal y la sociedad civil. Eso también va a quedar aquí plasmado, para que cuando todos pasemos por aquí sepamos que el gran corazón de los mazatlecos siempre se refleja en las buenas causas y se refleja en los que cada vez que pasen, veamos que somos grandes, que somos mazatlecos, y como bien se dijo aquí, todo lo que nos propongamos se puede lograr”.
La obra de Arturo Ipiéns tiene 10 metros de altura, un peso de 14 toneladas y se llevó todo un año para poder terminarla y lucir por todo lo alto en el cruce de las avenidas Carlos Canseco y Paseo del Atlántico.
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