Culiacán, Sin.- Las fechas decembrinas, la llegada de la Navidad y el Año Nuevo. El hecho de estar con familia y amigos como una cultura, el cierre del año, los logros y las cuestiones existenciales. Por otro lado, la pérdida de seres queridos, separaciones o tal vez un cambio de ciudad. Entre esos polos puede haber una nostalgia intermedia y en términos psicológicos es conocida como el Trastorno Afectivo Estacional.
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La explicación a este sentimiento, de acuerdo a la psicóloga Tania Castro Gaxiola, ocurre precisamente por algún tipo de pérdida o cambio de lo que una vez fue y ha dejado de serlo. Y de acuerdo a la especialista, el problema puede venir cuando el conflicto deja de ser pasajero y se convierte en algo que persiste.
“La depresión que viene es por las épocas, porque esto pasa. Sin embargo, si la persona conecta con la etapa depresiva con esas fechas decembrinas que como te digo es algo esperado, y no siente bienestar para enero o febrero, entonces ahí sí se recomienda que vaya con un profesional de la salud para descartar alguna otra cuestión”.
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Los cambios en el estado de ánimo pueden incluso venir debido al cambio de estación. En Culiacán, una ciudad en donde predomina el clima cálido y húmedo, durante la segunda mitad de diciembre pueden desencadenarse descensos drásticos en la temperatura, y esto, influye también, según explicó Castro Gaxiola.
Y respecto a ese estado de ánimo, si bien puede ser algo común en las épocas, la terapeuta con especialidad en psicología y psicoterapia infantil, recomienda prestar atención a esos signos, y en dado caso de no pasar de una temporada, podría dejar de ser un Trastorno Afectivo Emocional.
“Si no se vive la persona, si no se da permiso de vivir las emociones, entonces cae recurrentemente a estados depresivos, entonces puede considerarse esperado o normal que las personas en esta época en particular conecten con la nostalgia”.
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Por ello, situaciones como el cambio estacional y las expectativas de la temporada son factores que pueden contribuir a la aparición de síntomas afectivos y anímicos, por lo que hay que prestar atención a esos focos e identificarlos, según explicó Tania Castro.
