Culiacán, Sin. – Es la prisa. Martha compara precios en una y otra tienda, busca un refrigerador. Su hija echó un vistazo a los precios en internet una semana antes. El precio apenas bajó, pero la oferta parece atractiva con los meses sin intereses. Finalmente decide realizar la compra en una tienda departamental de esas de “whole sale” o al mayoreo.
La ayudan con un pequeño remolque para llevar a una camioneta el artefacto.
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Junto al hombre que empuja el remolque, dos carritos van llenos de productos. Uno va cargado incluso con bebidas alcohólicas. Están al 3×2, advierte mientras sonríe su hazaña, la compra… la ganga.
Son los descuentos del Buen Fin. Desde el 17 hasta el 20 de noviembre las ofertas en empresas y locales integrantes de la Asociación Nacional de Tiendas de Autoservicio y Departamentales (Antad) buscan incrementar ventas y también impulsar al comercio.
En Culiacán se vive la euforia también. Tiendas departamentales y otras no tan grandes como las que están ubicadas en el corredor comercial de la calle Morelos ofrecen sus productos con descuentos del Buen Fin.
Y la modernidad forma parte de las compras. Tal vez ello sea causa de que las calles no se vean volcadas de personas frenéticas buscando ofertas.
Ahora, desde el celular o la computadora, un clic de distancia separa al consumidor del objeto que desea comprar. Plataformas como Amazon y Mercado Libre las favoritas, ambas tienen sus ofertas del Buen Fin.
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Francisco pensó diferente. Su hijo cumple cinco años y le ha pedido una autopista. La prisa es diferente, la urgencia demanda cumplir el deseo de cumpleaños y va sobre la primera oferta. Acude a una tienda departamental acompañado del pequeño niño. Después de recorrer los pasillos de la juguetería, una autopista con cinco carritos lo convence, tenía el 30 por ciento de descuento.
Y es apenas el primer día de ofertas.
Se espera una derrama económica de alrededor de 6 mil millones de pesos en todo el estado. Esa cifra es únicamente para el comercio convencional, el registrado. Los pequeños comerciantes esperan 500 millones. Todo ese gasto en un fin de semana.
Es la danza de quienes buscan la mejor compra, la comunión con el capitalismo, la emoción del olor a nuevo, la ilusión de estrenar… aunque sea a meses sin intereses.