Culiacán, Sinaloa. En Culiacán, donde el registro de vehículos ronda los cuatrocientos mil, circular por la ciudad se ha vuelto cada vez más complicado, obligando a las autoridades a buscar soluciones de movilidad. Para quienes utilizan diariamente sus automóviles, trasladarse a su trabajo o a otras actividades se ha convertido en un dolor de cabeza. Sin embargo, este jueves la ciudad parece otra.
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El constante pitar de los carros no se escucha, la escena recuerda incluso al 2020, cuando se decretó el confinamiento por el COVID-19 y en las calles circulaban únicamente los vehículos de unas cuantas personas.
La mayoría de las familias ha salido de la ciudad para disfrutar de las playas, centros recreativos, balnearios, o simplemente reunirse con sus seres queridos en pueblos y ranchos, dejando a quienes se quedan, una ciudad completamente disfrutable, con traslados rápidos y sin necesidad de sufrir el estrés cotidiano. Algunos lo describen como un sueño.
Las imágenes captadas por el drone de Línea Directa muestran una ciudad que se asemeja a una maqueta, con pequeños carros, un par de camiones y unas pocas personas cruzando las calles.
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Los paisajes son hermosos, adornados por ríos llenos de vegetación, creando una sensación de ciudad en pausa, en medio de un paréntesis que invita a tomar aire fresco y a reflexionar. Para aquellos con inclinaciones religiosas es un momento propicio para buscar el abrazo fraterno y la paz en la iglesia. Sí, parece un Culiacán diferente, algunas personas bromean en redes sociales, instando a quienes están en la playa a quedarse el tiempo que sea, ya que en la capital sinaloense todo parece estar en calma. Se escuchan los sonidos de las aves, en los fraccionamientos, el ladrido de algunos perros y las risas de los niños jugando afuera en albercas inflables o en el patio de sus hogares.
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Algunos todavía conservan la tradición de aventarse con globos llenos de agua, otros con el chorro de la manguera.
– “Ay, está fresquita”, dicen ante el calor que ya cala.
Algunos papás preparan el asador, las mamás hacen la salsa.
– “Ahora sí se va a armar la carnita asada”, dicen algunos observando la hielera con ese escarchado y unos botes colorados que recuerdan esa eterna adherencia en estos días, haya o no haya vehículos, “si toma, no maneje”.
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