Mazatlán, Sinaloa. A unos días de cerrar el año, el obispo de la diócesis de Mazatlán, monseñor Mario Espinosa Contreras, dio un mensaje alentador y de fe al celebrar la misa dominical en la catedral basílica de la Inmaculada Concepción.
Durante su homilía y ante cientos de feligreses que acudieron a la celebración eucarística, dijo que 2025 será un año sagrado, según lo que dicta la tradición católica.
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Señaló a los fieles, que el año que está por iniciar es una oportunidad para la renovación, para estar motivados y seguir con ímpetu y aliento en el camino de la vida, a pesar de la adversidad y obstáculos que se presenten.
Monseñor Mario Espinosa dijo que el próximo año es para recibir dones y bendiciones de Dios; es un año donde muchos tienen la oportunidad y misión de ser más determinados, así como apegados a su vocación en la fe, el ámbito profesional y personal.
“Celebrar es propio de todo hombre y de toda mujer. Las celebraciones siempre nos vivifican, nos revitalizan. De esta forma, la celebración del año santo 2025, es una oportunidad de alentarnos, renovarnos, motivarnos y de recibir gracias extraordinarias para proseguir con mayor decisión nuestra vida, asumiendo mejor nuestra misión y vocación”.
Espinosa Contreras dijo que la iglesia en su experiencia y sabiduría determinó que cada 25 años se celebre un año santo, con el objetivo que más personas sean fieles y profesen con fervor la fe católica.
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“El santo padre Francisco ha establecido que el año Santo 2025, tenga como lema Peredrinos de la esperanza, y que la esperanza se dignifique en cada uno de nosotros. El seguidor de Cristo camina en este mundo con sus retos, desafíos, problemas, enfermedades y visitudes, pero es consiente que Dios es nuestro padre, que nos ama infinita y personalmente, que siempre nos acompaña en todas las circunstancias”.
El Obispo de Mazatlán dijo que el lema que impulsa el año Santo tiene la misión de que más personas sean misioneros y discípulos de la fe, de la palabra de Dios, con el fin de alejarse del pecado, así como también de la tentación, de la maldad que impera en el mundo actual donde hay corrupción y violencia.
