Culiacán, Sin. – Partieron de Rancho Viejo a las 4:00 horas. Todavía con la luz de las estrellas en el cielo. Su pueblo está a unos 40 kilómetros de Pericos, Mocorito. Ahí comenzó su manda. Dulce tiene 22 años y forma parte de una cuarta generación de mujeres que peregrinan al templo de Nuestra Señora de Guadalupe, mejor conocido como la Lomita.
Van a honrar su fe en la Virgen Morena María de Guadalupe. Ataviada con un suéter color caqui, al frente la imagen de la Guadalupana y en la espalda una leyenda adornada con un corazón rojo. Va por ti, Renata. Después de casi 12 horas de caminata, arriba al templo. Frente al pie de los casi 150 escalones, la joven mujer se pone de hinojos y comienza a subir de rodillas.
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Renata es su hija de 4 años quien nació con unas enfermedades congénitas. Por eso su fe la conduce a esas escalinatas y subirlas de rodillas después de haber caminado más de 100 kilómetros significa apenas un paso más por sus plegarias.
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- Después de casi 12 horas de caminata, Dulce arribó al templo. Frente al pie de los casi 150 escalones, la joven mujer se puso de hinojos y comenzó a subir de rodillas.
“Por una manda que hice por mi hija, nació con mielomeningocele roto e hidrocefalia, con lo cual tiene cuatro años luchando con esto. Es una niña normal, solo que cuenta con su discapacidad, pero ha pasado por tantas situaciones que siempre se la he dado a la Virgen”.
Atrás de ella su madre viene también de rodillas. La ayuda su pareja. La mujer no esconde el rictus de dolor. Caminar durante casi 12 horas y luego subir 150 escalones de rodillas junto a un andar hasta el altar de más de 200 metros no son cosa menor.
El par de mujeres terminan con las piernas trémulas. Apenas se sostienen. Pero lo lograron.
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No todo es calvario. Los más pequeños vestidos como Juan Diego y unas niñas como la misma Virgen, peregrinan al templo. Todo previo al festejo principal que se dará después de la media noche y durante los primeros minutos del 12 de diciembre.
Y todos con una manda que pagar, la fe para honrar.
