Culiacán, Sinaloa.- “Cuídate de las bromas”, es el consejo que los padres dan a sus hijos cada 28 de diciembre, para que no sean “unas blancas palomitas”, y detrás de la advertencia hay vivencias de ellos más jóvenes, que dejaron una anécdota marcada de por vida.
En este Día de los Inocentes, quienes son amantes de las bromas, están ansiosos porque llegue el momento para escoger a una víctima y tomarle el pelo, y aunque éstas pueden variar, algunas se pasan de “la raya” y provocan el susto de la vida de la otra persona.
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El señor Julián Gastélum, presume que siempre le han querido hacer bromas, pero no logran el cometido. En una ocasión le dijeron que había ganado el primer lugar para un viaje por sus ventas, y aunque por un momento lo consideró como algo real, rápido recordó que no existía esa dinámica.
Pero en caso contrario, él bromeó con un amigo sobre la muerte de un conocido en un siniestro vial, un aparatoso choque, que impactó tanto a su víctima, que rápido optó por decirle la verdad.
“¿Sabes qué pasa? Le dije, se murió fulano, nombre ¿deveras? Si, se murió, vieras que gacho, se estrelló, se hizo pedazos, y eso, estaba el amigo bien agüitado y ya lo miré y le dije: no, la neta era una broma, blanca palomita, caíste”, comentó.
A Francisco, cuando tenía 12 años, un juego que no conocía las reglas completas, hizo que terminara con una cortada en la barbilla por una navaja. La “diversión” era buscar la navaja escondida y el que lo encontrara, tenía que tirarlo al aire y correr, pero sin saber la última parte, se quedó estático en el mismo lugar.
“La tiré así, porque no me dijeron que era correr”.
¿Y te enojaste?
“No, pues qué me iba a enojar, lloré, estaba morrillo”, recordó, entre risas.
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Para la señora Olivia, el susto no fue para ella, sino para sus hijos menores de 10 años, quienes sus primas decidieron decirles que su madre había muerto en un siniestro vial, sin medir las consecuencias que generaría en los niños.
“Yo andaba afuera y les dijeron que a mí me había atropellado un carro y se pusieron mis hijos un poco mal, pero al último, ya cuando ellos estaban histéricos, les dijeron que era una broma, que era el Día de los Inocentes, pero ya les habían dado el susto”, compartió.
Si bien se ha vuelto una tradición hacer bromas en el Día de los Inocentes, y se acostumbra a aguantar la burla, algunos toman un rumbo más serio y dejan de lado que sea una “blanca palomita”.
