Mazatlán, Sinaloa. Gran Acuario Mazatlán reconfigura la forma de ver a los protagonistas que le dan vida. Y es que para conocer un poco más sobre las especies que lo habitan los visitantes pueden recorrer cada uno de sus hábitats y les permite tener contacto directo con los diferentes tipos de aves en un ambiente perfectamente controlado.
En un recorrido por el increíble mundo animal, chicos y grandes pueden ver, tocar y alimentar a los pingüinos Humboldt, que están bajo los cuidados de expertos veterinarios, biólogos y nutricionistas que le dan seguimiento a cada etapa de su ciclo de vida.
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Rafael Lizárraga Favela, director ejecutivo del Gran Acuario Mazatlán, aseguró que no se pueden perder esta experiencia.
“Los estamos esperando siempre con nuevas experiencias, muy divertidas para el público para que pasen un día de recorrido, de exploración, divertido, pero con aprendizaje de los valores de la conservación. Que conozcan la riqueza del Mar de Cortés. Que conozcan la riqueza y el cuidado de las especies que habitan el Mar de Cortés”.
Durante la experiencia los visitantes tienen la oportunidad de jugar con algunos de ellos como la hembra “Regina”, a quien también le fascina tomarse fotos con sus nuevos amigos.
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También podrán ser testigos de la gran inteligencia de las guacamayas verdes, especie emblemática de tierra sinaloense.
En cada uno de los atractivos se cuenta con personal altamente calificado que explica a detalle sobre las características físicas, alimentación, cuidados, hábitat y hasta cómo llegaron a formar parte de la gran familia de Acuario Mazatlán, pues algunos de ellos fueron donaciones o rescatados.
Uno de los grandes atractivos también son las aves del amor, conocidos como los agapornis. En otra área podrás conocer a “Molly”, la guacamaya verde que también le encanta posar para el lente.
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Otro de los animalitos que puedes encontrar en el recorrido es la pitón bola de nombre “Regina” y “Morgan”, el búho cornudo, que bajo los ciudadanos de la presentadora Fabiola Guzmán, muestra sus grandes ojos y cuernos e increíble plumaje.
Durante el recorrido tendrás la oportunidad de alimentar a “Teo”, un venadito de cola blanca y su compañera “Bambina”, quien sufre de ceguera, pero que tiene el mejor de los cuidados.
Por eso visitar el Gran Acuario es más que observar peces, o enormes tanques; visitar el Gran Acuario es la oportunidad de compenetrarnos con nuestro entorno marino, aprender y signar un compromiso con el medio ambiente.
