Guasave, Sin. – La última vez que María Rita habló con su querida cuñada y comadre Isabel Landa, de 75 años, que vive en Acapulco, Guerrero, fue el martes 24 de octubre. Quería saber cómo habían pasado los días lluviosos con la tormenta tropical “Norma” en Guasave y ese día apenas se alertaba del huracán Otis. Al día siguiente devastó y destruyó al estado de Guerrero, de ahí, ya no hubo comunicación con ella, ni con su hija Cecilia Cervantes, quienes viven solas con los hijos menores de “Cecy” en la colonia Icacos, justo donde entró el ojo del huracán.
Buscando la forma de comunicarse y alternativas para dar con ellas en medio de la catástrofe que dejó “Otis” en Acapulco, hubo una llamada alarmante de auxilio, estaban vivas, pero lo narrado por su sobrina a María Rita la quebrantó:
“Gracias a Dios estamos vivos todos, pero todo aquí está horrible, no tenemos nada, no hay luz, no hay agua, no hay comida, no hay agua ni para tomar, estamos aquí nada más nosotros y no sabemos qué hacer, no hay bancos no hay nada”.
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Ahogadas en llanto del dolor y la angustia de estar lejos sin mucho qué hacer, Cecilia relató a su madrina que para hacer la llamada tuvo que subir al techo de una casa y montarse en la orilla del tinaco para agarrar señal, pero duró muy poco porque se cortó muy rápido, informó a Línea Directa Diana, hija de María Rita, quien no pudo seguir con la entrevista al recordar que fue sólo un momento el contacto que lograron hacer con sus seres queridos.
“Empezó a llorar porque estaba muy desesperada de la situación, nos comentó que se tuvo que subir de una casa para agarrar recepción telefónica; la primera vez que marcó se cortó inmediatamente la señal, dijo: ‘Estamos vivos, pero no hay comida, no hay agua, no hay luz, ¡no hay agua de tomar tía! No hay nada, y no sabemos que hacer… Está horrible todo’, ocupamos volver a comunicarnos con ellas, solo ocupamos otra llamada, que el celular vuelva a sonar para decirles el plan”, expresó.
María Rita alcanzó a decirle a su sobrina que algo iban hacer desde Guasave para rescatarlas, el problema es que no hay acceso a la zona en donde viven sus familiares. Lo que buscan es lograr que la Marina los apoye con el viaje, porque saben que se habilitó un programa de rescate donde trasladan a los afectados a lugares seguros, pero necesitan volver a comunicarse con ellas para informarles sobre los pasos que tienen que hacer.
También María Rita y su hija piden el apoyo por medio del Gobierno del Estado de Sinaloa para que se rescate a los sinaloenses que se quedaron varados en la zona del epicentro de los daños que dejó “Otis”, pensando en que quizás ahora necesitan repatriarse a su tierra por las condiciones en las que se encuentra el estado de Guerrero.
El nombre completo de su concuña es Isabel Landa Ríos, ella tiene 75 años, además de ser una adulta mayor es una persona discapacitada; su hija es Cecilia Cervantes, tiene 38 años y dos hijos, uno de 12, Humberto, y otro de ocho de nombre Rodolfo. Los cuatro viven en la colonia Icacos sobre la calle Once número 5 Vix.
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Las cifras oficiales afirman que ha habido 39 muertos, de acuerdo a la nueva actualización de la Fiscalía General del Estado de Guerrero, y mientras que la población busca alimentos entre los escombros de las tiendas, los sectores público y privado han acordado un plan de acción para impulsar la reconstrucción de la infraestructura básica.
