México.- Momentos de terror e incertidumbre vivieron los integrantes de la selección sinaloense de softbol al encontrarse en Acapulco en el momento que el huracán Otis azotó a la ciudad guerrerense, hecho que los dejó incomunicados con el mundo exterior.
Debes leer: ¡Les tocó el golpe de “Otis”! Tras quedar varados en Acapulco, regresa selección de softbol a Culiacán
Un desastre natural que marcó la vida de toda la selección y sus acompañantes, pues en palabras del entrenador Alfredo Lerma fue “una pesadilla“, y el terror de esa noche ha sido con diferencia la peor experiencia de sus vidas.
“Fue muy fuerte la verdad, muy terrible, la peor pesadilla que hemos vivido. Pero mira gracias a Dios aquí estamos”, reveló Lerma.
Alfredo Lerma, manager de la selección Sinaloa
Para sorpresa de todos ellos, quienes esperaban solo una fuerte lluvia, la situación se convirtió de manera rápida en una de riesgo, pues el fuerte viento y la torrencial precipitación comenzaron a destrozar su hotel, incluyendo las habitaciones donde según ellos estarían seguros durante la noche.
Quien contó a fondo su dura travesía fue el jardinero central de la selección, Jonathan Cardona, quien viajó a Acapulco con su esposa y su pequeña hija de apenas un año de edad, con quienes tuvo que compartir esta difícil noche de supervivencia.
“Nunca me había tocado algo así, se empezó a derrumbar el hotel y con ella en las manos (su hija). Los cuartos, los baños (se derrumbaron), solamente quedó el puro piso y así bajamos, descalzos, nos cortamos, nos caían las cosas encima”, comentó Jonathan Cardona.
Jonathan Cardona, jardinero de la selección Sinaloa
El pelotero siguió con su relato haciendo énfasis en que es la situación más complicada que ha enfrentado en su vida, recordando lo rápido que todo escaló y se convirtió en una psicosis grupal dentro del mismo grupo y el hotel.
“Fue de lo más difícil de mi vida, estaba con mi niña y la estaba abrazando, estaba desesperado. Al principio como que hasta nos burlábamos de la situación, pensamos que no iba a pasar nada malo y ya que estuvo bien feo todos llorando con un gritadero”, expresó Cardona.
El manejador del equipo, Alfredo Lerma, hizo saber que fue en el gimnasio del hotel donde encontraron un refugio que resistió los fuertes embates de Otis, manteniéndose a salvo y alimentándose esos días con lo poco que quedaba.
Las horas pasaron, dejó de llover, la calma llegó y de igual manera la comunicación. Un valioso recurso que no solo les permitió enviar señales de vida a sus seres queridos, sino que cuadrar su inmediato viaje de regreso a Sinaloa.
Sigue toda la información deportiva en la sección especial de Línea Directa
Una travesía que fue bastante complicada, iniciando con un viaje de 7 horas en camión desde Acapulco a Chilpancingo, trayecto que en condiciones normales se recorre en una hora, para dormir en el primer hotel que se encontraron. Al siguiente día viajaron a CDMX en furgoneta y fue el ISDE quien de manera eficaz brindó los boletos de avión con destino a Culiacán.
Y fue así, como después de cinco largos días para ellos y todos sus seres queridos, la comitiva sinaloense de softbol aterrizó en Culiacán para reunirse de nueva cuenta con sus familias, algo que ellos mismos catalogan como “una lección de vida” y dan gracias a Dios de estar de regreso en tierras sinaloenses.
“Es algo desesperante, feo, lo peor que he visto en mi vida. Se acabo Acapulco, se destrozó, nosotros cruzamos todo para llegar a la central y de verdad está destrozado. Dios bendiga a los que estén allá, pero nosotros gracias a Dios pudimos salir”, concluyó Lerma.
