Mazatlán, Sin.- Sergio Maestre, “El Tucán”, lleva más de 50 años preparando y vendiendo tejuino, producto ancestral que en náhuatl (tecuin) significa “sentir del corazón”, bebida con la que ha logrado cautivar el paladar de propios y extraños por su característico sabor.
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Mazatlán además de su belleza, es un destino turístico lleno de historia, tradiciones y de una amplia gastronomía, y ante esto, “El Tucán” no la ha tenido fácil, sin embargo, su “secreto” es como dice el significado del tejuino: prepara esta bebida con el corazón.
Y es que desde que tenía 8 años de edad, a don Sergio su papá le enseño a realizar el proceso de esta “bebida de los dioses”, además de que también lo acompañaba a vender en las calles en Zapopan, Jalisco.
“Buenos días mi nombre es ‘El Tucán’; esta vida yo la prendí hace 63 años cuando yo era un pequeño, trabajé con mi papá desde los 8 años. Bueno mi papa y mi abuelo eran vendedores de tejuinos, yo soy la tercera generación”.
Menciona que a sus 20 años llegó a Mazatlán, donde conoció el amor a través de quien es su esposa, Reyna Ramírez, y decidió emprender su negocio para seguir con el legado de su familia, es así como nació “El Tucán” y empezó a recorrer las calles del puerto con una carreta de madera con le ayudó a comprar su amada.
“Cuando llegué a Mazatlán hace 53 años, yo era un joven que todo lo que yo había hecho en mi tierra allá se quedó, así que en Sinaloa no tenía a absolutamente nada, inclusive tuve que luchar contra muchas cosas como, por ejemplo, no tener casa, no tener tan siquiera dónde dormir, sin embargo, trabajando tuve que salir adelante”.
Don Sergio afirma que muchos de sus clientes le han comentado que el sabor de su tejuino es único y que no han probado alguno que se le asemeje.
Por ello, con orgullo, se atreve a compartir con Línea Directa que todo el proceso lo hace de manera artesanal, con ingredientes como maíz, piloncillo y sal, y deja que la masa se fermente durante ocho días; pero su ingrediente secreto es el amor que tiene a su tradición familiar.
“El Tucán” asegura se levanta todos los días a las cuatro de la mañana para preparase e ir a vender su producto a las afuera de la Unidad Administrativa, y aunque madrugar puede ser cansado, agrega que a él lo mueve más su pasión por esto que cualquier interés económico.
“Yo soy bilingüe, mucha gente no sabe eso, que soy abogado y me recibí con título; todo para mí es este negocio, porque lo dice su nombre, el corazón; este producto significa “sentir del corazón”, y me dice mi esposa por qué no ejerces tu carrera, yo era muy buen estudiante, excelentes calificaciones, pero mi vida es esto”.
El hombre de 73 comparte también que su sueño era ser como su papá y lo logró, con este negocio sacó adelantes a sus 8 hijos, todos tienen carrera universitaria, y pensar en su retiro no es opción, porque dejará de preparar el tejuino cuando Dios así lo quiera.
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Don Sergio también tiene un local en la calle Aquiles Serdán, entre Constitución y Vicente Guerrero, en el Centro de Mazatlán, lugar que se ha convertido en un rincón especial para todo aquel mazatleco o turista que quiere apaciguar su sed con esta bebida artesanal.