Culiacán, Sinaloa. Con el corazón aún marcado por el eco de las balas y el peso de las historias más crudas que la violencia deja tras de sí, la periodista María Teresa Navia Mendoza se presentó ante los estudiantes de Ciencias de la Comunicación de la Universidad Autónoma de Occidente (UAdeO) Unidad Culiacán.
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En su conferencia titulada “Retos de ser reportera policiaca en tiempos de guerra en Culiacán”, Tere Navia (como la conocen sus colegas), abrió su alma y expuso la realidad de ser mujer y reportera de la nota roja en medio de una confrontación entre grupos delincuenciales.
Con una carrera de cuatro años entre prensa, radio y televisión, actualmente en el Informativo Línea Directa, Tere es una de las pocas mujeres en Sinaloa que se atreven a cubrir la fuente policiaca. En su charla, admitió que su elección de dedicarse al periodismo fue un acto de pasión pura, una vocación que hoy se ve teñida de preocupación constante por los riesgos inherentes a su labor.
“Por gusto” se lanzó a esta profesión, confesó, aunque el costo ha sido alto: su familia, especialmente su madre, vive con miedo.
“Mi papá ya falleció”, mencionó con tristeza, como si esa ausencia hiciera más pesado el temor de su madre.
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La violencia en Culiacán, dijo Tere, siempre ha sido un monstruo acechante, pero en los últimos dos meses, ese monstruo ha sido más implacable que nunca. Más de 60 días de enfrentamientos sin tregua entre grupos armados y fuerzas federales han cambiado las reglas para los reporteros.
“Hay miedo”, confesó, con un tono que resonaba más allá de las palabras. Las estrategias de protección se han vuelto imprescindibles: no salir de Culiacán, evitar la cobertura nocturna y cuidar cada movimiento para no ser atrapados en el fuego cruzado. Sus sentimientos, sin embargo, son un campo de batalla interno.
“Traigo muchos sentimientos encontrados porque cuando yo entré al área policiaca a mí no me daba miedo”, dijo, recordando los días en que la ciudad aún ofrecía una seguridad que hoy considera engañosa.
“Podía andar con cierta confianza… pero a casi 70 días de hechos violentos sí nos ha afectado a todos los compañeros y seguimos aquí porque nos gusta”.
Sus palabras parecían un grito de resistencia y pasión, una declaración de amor a su labor, a pesar del miedo.
Graduada de la UAdeO en 2020, Tere Navia relató algunos de los riesgos más impactantes que ha enfrentado en su carrera: desde accidentes automovilísticos por querer ser la primera en la escena, hasta malos tratos por parte de las autoridades, pasando por el aterrador momento de encontrarse con hombres armados o estar en medio de un tiroteo sin previo aviso.
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Un nuevo desafío, confesó con frustración, son los canales informativos de WhatsApp que inundan a la gente de información sin verificar.
“Para mí es una falta de respeto que habiendo periodistas y personas que nos dedicamos a informar, prefieran ver canales de WhatsApp”, lamentó. Esa falta de confianza en medios serios, dijo, no solo desinforma, sino que genera psicosis y obstaculiza la labor profesional del gremio.
Al final de la conferencia, Tere Navia recibió un reconocimiento por su participación, en el marco del congreso “Los desafíos actuales en las ciencias sociales y humanidades”. El evento fue organizado por el Departamento Académico de Ciencias Sociales y Humanidades, con el apoyo entusiasta de los jóvenes del Comité Estudiantil de Ciencias de la Comunicación (CECIC).
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Tere Navia dejó el auditorio con una mirada que mezclaba gratitud y fortaleza, inspirando a los futuros periodistas a encontrar su voz, incluso en medio del caos de una ciudad que nunca duerme.