Los Mochis, Sin.– El paso de los jornaleros indígenas tarahumaras en la región narra dos vertientes: la negativa, que expone los abusos y condiciones precarias de vida que brindan los empleadores, y, por otro lado, la historia del bebé Uriel, un caso de éxito, que de no haber estado aquí, sus padres jamás se hubieran enterado que padecía de un defecto cardiaco, una comunicación interventricular.
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El infante fue detectado por María Isabel Astorga Soto, encargada del área de salud de Copacis, en noviembre del año pasado en el Hospital General de Los Mochis, lugar al que ingresó por primera ocasión a los 3 meses de nacido, por una persistente neumonía, que contrajo en unas cuarterías de Juan José Ríos, Guasave.
Gracias al apoyo de médicos, enfermeras y de trabajo social del Hospital General de Los Mochis, logró salir adelante, fue dado de alta y enviado a casa con sus padres para su recuperación.
Sin embargo, siguió ingresando al área de urgencias por los mismos problemas respiratorios y, posteriormente, por contagiarse de una bacteria.
Su estado de salud y su bajo peso, 3 kilogramos, a pesar de alcanzar ya los 4 meses de nacido, mantenía con preocupación a los médicos.
Luego de que Línea Directa dio a conocer su caso en enero, por la falta de insumos médicos y medicinas en el Hospital General de Los Mochis, la Secretaría de Bienestar y Desarrollo Social, así como la Secretaría de Salud, intervinieron de manera directa.
Además, también sumaron esfuerzos los especialistas de la Liga de Médicos Voladores para lograr obtener un diagnóstico que explicara el porqué de sus complicaciones tan persistentes.
Así, entre todos, se logró obtener un diagnóstico base para su atención más focalizada: el defecto cardiaco de comunicación interventricular.
“Al niño lo detectamos ahí en el Hospital General desde noviembre del año pasado y se le estuvo dando seguimiento al caso, primero se atendió aquí, pero regresaba el niño al Hospital entonces ya incluso también a través de la clínica de los Médicos Voladores en San Blas se pudo hacer el diagnóstico con un ecocardiograma en donde se demostró que el niño tenía una pequeña comunicación interventricular que, conjugado con la neumonía se le complicaba más”, dijo la doctora Astorga Soto a Línea Directa.
Asimismo, con el apoyo del área de Trabajo Social del Hospital General de Los Mochis se logró descubrir que el papá del bebé Uriel, Pascual Galeana, estaba dado de alta ante IMSS por su patrón, lo que fue un cálido “rayo de luz” para que su caso se fuera desarrollando de manera positiva.
El infante fue trasladado de manera inmediata a la clínica de IMSS en Culiacán para su puntual seguimiento y atención inmediata; allí, los médicos, enfermeras, trabajadoras sociales, estuvieron muy pendientes del niño y sus padres, es decir, el pequeño Uriel movió muchísimos esfuerzos y voluntades que, conjugadas, permitieron su recuperación.
El bebé, ahora ya con 8 meses de nacido y 8 kilogramos de peso, fue dado de alta y este jueves a las 6:00 de la mañana, junto a sus padres, partió en el tren Chepe hacia Samachique, Chihuahua, de donde es originaria la familia.
“Creo que es importante resaltar este caso de éxito, de salud, con un niño tarahumara porque ante tanta desgracia que hemos tenido, también hay que resaltar que gracias a la conjunción de muchas voluntades se logran casos como éste”, manifestó Astorga Soto.
Finalmente, María Astorga destacó que año con año el Hospital General de Los Mochis, Copacis e INPI, trabajan arduamente para conseguir medicamentos e insumos a los jornaleros agrícolas indígenas y sus hijos, pero es sumamente importante que la atención sea oportuna para garantizar una recuperación satisfactoria.
