Culiacán, Sin.– El aumento del tráfico aéreo tiene repercusiones significativas tanto en la salud humana como en el medio ambiente. Desde el punto de vista de la salud, la emisión de contaminantes atmosféricos por las aeronaves puede tener efectos perjudiciales en las poblaciones expuestas.
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Tan solo en este año, recordemos que en el mes de mayo se registraron alrededor de 250 mil vuelos en un solo día a nivel mundial, liberando una considerable cantidad de gases de efecto invernadero que quedaron dispersos en la atmósfera.
Avión de la aerolínea Mexicana estacionado en un aeropuerto. Foto: Cortesía
José Saturnino Díaz, investigador de la Facultad de Biología de la Universidad Autónoma de Sinaloa (UAS), señaló que los avances logrados en la reducción de gases de efecto invernadero durante los años de la pandemia se vieron contrarrestados en un solo día debido a la intensa actividad aérea.
“Quiere decir entonces que, de acuerdo a lo que observamos nosotros con este tipo de fenómenos sociales como investigadores, que es muy difícil e imposible que se logren las metas establecidas por la ONU para la reducción de gases de efecto invernadero”, lamentó.
Díaz explicó que estos gases en realidad son partículas en suspensión que se depositan en la tierra, las plantas, el agua y los alimentos consumidos, así como en los pulmones humanos.
Adicionalmente, señaló que la falta de conciencia sobre este fenómeno contribuye a las micro pandemias estacionales, como la influenza o los resfriados, que surgen en momentos en que el ambiente se seca, dejando estos contaminantes más disponibles para ser inhalados.
“No nos queremos dar cuenta, pero no es fortuito el hecho de que, en cada temporada en este caso invernal, tengamos micro pandemias como influenza o gripa, resfríos que vienen precisamente de que el ambiente se seca y quedan estos polvos más a disposición, los cuales los respiramos y una forma del cuerpo ante la acumulación de estos gases o contaminantes es enfermándonos, una reacción que tiene ante agentes nocivos”.
En relación con diciembre, destacó que este mes trae consigo un aumento en la emisión de gases, ya que el tráfico aéreo, vehicular, marítimo y terrestre, así como la actividad industrial, contribuyen significativamente a la liberación de gases de efecto invernadero como hidrocarburos, gases azufrados, nitrogenados y carbonados, como el CO2 o monóxido de carbono.
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Respecto a la capacidad del planeta para contrarrestar estos efectos, Díaz afirmó que es prácticamente nula, ya que la actividad humana supera la capacidad de autorregulación del medio ambiente.
