Los Mochis, Sin.- Según estudios realizados, una persona fallecida deja en promedio 128 dolientes entre familiares, amigos, compañeros y vecinos, y si esta cantidad se multiplica por el número de fallecidos, México está de duelo, destacó la máster en Tanatología Verónica de León, al disertar la conferencia magistral Madres dolientes.
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La terapeuta especialista en el acompañamiento profesional a personas que han sufrido la pérdida de un ser querido, dijo que cada doliente vive el duelo de manera diferente y que es una decisión personal que no se debe juzgar, por lo que recomendó en estos casos no decirles nada, solo acompañarlos.
Citó que muchas personas bienintencionadas acostumbran decirle a los dolientes que la vida sigue después de la muerte de un ser querido, pero señaló que la vida ya no es igual y que no es fácil superar el periodo de duelo.
“Cuando uno acompaña a un doliente, no hablen, no hay nada que decir y sí altera todo su proceso: su llanto, su enojo, porque es una experiencia devastadora capaz de dejar una profunda marca emocional en el padre o en la madre que han sufrido la pérdida de un hijo”.
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La tanatóloga Verónica de León aclaró que la muerte no es un castigo, es una realidad del ciclo de la vida y que el sufrimiento de los dolientes se origina porque no se acepta la pérdida del ser querido.
A los padres y madres que viven la dolorosa y difícil situación de haber perdido un hijo, les dijo que no se mueran con sus hijos sino que honren su memoria, aunque lo deseable es que ningún padre ni madre viva esa experiencia.
Citó que al atravesar por la muerte de un ser querido los padres dolientes dicen sentir que se mueren o que se volverán locas de dolor, y que el problema es que los hombres se alcoholizan, se drogan o trabajan en forma extenuante, pues a ellos les toca la peor parte porque no tienen permiso social para llorar, y así los dos viven su dolor solos porque no comparten su sufrimiento, ante lo que recomendó ser más compasivos con ellos para que expresen su dolor.
La conferencia magistral Madres dolientes se realizó en el Museo Trapiche, organizada por la asociación Déjalos ir con amor IAP, y el Instituto para la Protección de Personas Defensoras de Derechos Humanos y Periodistas.