Da click aquí y encuentra más información de Línea Directa Portal en nuestra página de Google News
Guasave, Sin.- Es la historia de final feliz, esa que se dio a partir de la “aparición” de una fotografía entre los escombros de una tragedia, el desalojo de los invasores del sector poniente. Una niña hermosa de rostro angelical que de inicio no tenía nombre hoy lo tiene: es Yavari Yaundé y tiene 27 años de edad.
Con algo de pena por el momento que está viviendo después de que familiares y amigos la etiquetaran en la nota de Línea Directa donde aparecía su fotografía a los 4 años de edad, la joven que hoy está iniciando una familia junto a su esposo y a su pequeñita, relata que de principio quiso que se conociera su historia para que quienes la identifican no pensaran que sus padres habían querido tirar su fotografía. “Que sepan que sí me querían”, dijo entre broma.
“¡Ay no!, desde el principio me sorprendí mucho porque yo pensé que era broma, pero ya cuando vi realmente, dije: ¡no puede ser!, dónde fui a salir, van a pensar que mis papás fueron y regalaron la foto y mis papás muy preocupados y yo: sí, sí voy a aclararlo porque luego van a pensar que no me querían mis papás y que la foto andaba rodando por allá; sí me da pena, pero pues no hay problema”, expresó cuando se le pidió autorización para mostrar su rostro actual.
Yavari Yaundé es hoy madre de familia, tiene una pequeña con el rostro tan lindo como el que aquella niña de la fotografía, abunda que su padre al nacer ella no quería que sus hijas tuvieran nombres comunes y siendo profesor de geografía tomó el atlas y se puso a buscar en el mundo un nombre para sus hijas, aún lo conserva con las opciones que encontró pero algo del lago de Perú lo atrajo para nombrar así a su hija y combinarlo con la capital de Camerún: Yaundé.
Puedes leer ¡Ya apareció! Es la niña de la foto de los escombros de los desalojados en Guasave
Yavari Yaundé es la propietaria de ese rostro angelical que está impresa en una fotografía que tras el desalojo en el sector Colonos Unidos buscaba su historia, hoy sólo falta que le entreguen el ejemplar que había sido desechado por el fotógrafo y que hoy, don Héctor, uno de los precaristas busca entre las cosas de la mudanza.