Los Mochis, Sin.- No solo consejos y mimos, también los regaños forman parte de la memoria que, con el paso de los años y las ausencias, se convierten en anécdotas graciosas que hacen recordar a mamá, sobre todo este 10 de mayo.
Omar Arellano recuerda entre risas la astucia y talento de su madre, la señora María del Rosario Sagaste Chávez, para el manejo de la sandalia o chancla que, en sus manos, su lanzamiento era extremadamente preciso en la sierra de Sinaloa, según cuenta a Línea Directa.
“Con un ‘sandaleazo’ en la cabeza desde lejos y, pum, tumbándote en la esquina. Muy tempranito en la mañana quería que nos levantáramos chicoteados para ir a traer las tortillas y moler la masa de volada, es una de tantas que te puedo decir”, rememora el ahora padre de familia.
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Además, en su relación con doña María del Rosario no faltaron los regaños y castigos, pero, que, con el paso de los días, se fueron suavizando por el mismo amor que su madre siempre le tuvo quien le perdonada todas sus “sorpresas”.
“Gracias a Dios le llevamos sorpresas, donde le llevamos una muchacha recién robada, fue un regalote, no la quería, jajajaja”.
-¿Y cómo la convenció?
“Ya hasta que se aguantó, tenía que pasar”, expresó entre carcajadas.
Aunque doña María del Rosario ya no está físicamente, Omar sigue recordándola todos los días. No hay un solo momento de niño y adulto que haya pasado con ella, que se haya borrado de su memoria.
Por momentos se ríe por las jaladas de oreja, regaños y desatinos que tuvo con ella, pero, también se entristece por no tenerla a su lado para abrazarla este día.
“La vamos a festejar con un arreglo de flores, desgraciadamente ya está en la tumba y le vamos a llevar una placa que vinimos a hacer… Gracias a Dios la tenemos en el corazón”, expresó Omar Arellano.