Culiacán, Sin. – Nos falta Antonia. Nos falta Martina. Nos falta Litzy Yarace. Son consignas todas de mujeres víctimas de feminicidio. Desde las escalinatas de la Lomita, decenas de mujeres se sumaron a los 16 días de activismo contra la violencia de género.
Ellas forman parte de los partidos Revolucionario Institucional (PRI), Acción Nacional (PAN) y de la Revolución Democrática (PRD), sin embargo, este día dejaron por un lado sus colores y utilizaron el naranja, en señal de la solidaridad con la causa en el Día Internacional de la Eliminación contra la Mujer.
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Las pancartas color naranja las portan mujeres jóvenes, otras no tanto y también de la tercera edad. Son acompañadas por algunos activos de sus partidos.
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- Mujeres reunidas en la Lomita por los 16 días de activismo contra la violencia de género
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- Mujeres reunidas en la Lomita por los 16 días de activismo contra la violencia de género
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- Mujeres reunidas en la Lomita por los 16 días de activismo contra la violencia de género
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- Mujeres reunidas en la Lomita por los 16 días de activismo contra la violencia de género
La consigna la repitieron constantemente. Únete, era el más sonado, acompañado por la exigencia de una vida libre de violencia hacia las mujeres, las niñas y adolescentes.
Esta es una más de las actividades que se han venido realizando en todo el estado. En Culiacán comenzó el viernes 24 con el arranque de los 16 días de activismo contra la violencia de género, por parte del gobierno de Sinaloa a través de la Secretaría de las Mujeres.
A la causa se sumaron todas las dependencias estatales, pero también la iniciativa privada.
Y si bien los tiempos electorales comenzaron, el grupo de mujeres no dirigió consignas partidistas. Se limitaron a la exigencia primordial: detener la violencia feminicida y proteger los derechos de las mujeres, las niñas y las adolescentes.
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Los logos de los partidos sí aparecieron, pero fueron opacados por la constancia en el color naranja y los moños que portaban cada una de las asistentes.
Al plantón también acudieron hombres. Es la solidaridad, dicen.
Y al margen de la guerra política que en el estado ya comenzó, la causa empujó lo esencial, lo importante: pugnar por un alto a la violencia de género.
