Los Mochis, Sin.- Endeudados y con esperanza de encontrar camarón en aguas no profundas, los pescadores ribereños se dicen listos para partir a su captura a las 00:00 horas del 18 de septiembre, fecha en la que las autoridades aprobaron levantar la veda de la especie marina, a pesar de expresarse en contra.
Señalan que, para poder participar este año en las actividades de la captura de camarón, mínimamente tuvieron que solicitar préstamos de 15 mil pesos para darle una “chainiadita” a las pangas y preparar las tarrayas que, para su lamento, este 2023, el hilo con el que se elaboran tuvo un incremento en su precio.
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Sin embargo, otros tuvieron que endeudarse todavía más para realizar reparaciones mayores en sus equipos y motores porque solamente los desgastaron o descompusieron durante la pesca de jaiba, la cual no fue buena y lejos de generar recursos, los dejó en peores condiciones económicas.
“Ya tienen ratos que comenzaron con la preparación de las tarrayas, a arreglar pangas y todo lo que se ocupa”.
“Mínimo, mínimo, unos 15 mil pesos, es que son los hilos, pintura, resinas y eso y a la larga se hace bastante, la revisión de los motores, los mecánicos no lo hacen de gratis y a veces que necesitan de una refacción y esas sí están caras”, expresaron los hombres del mar.
Pescador llevando sus pertenencias en una carreta
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Los pescadores de Paredones y Topolobampo señalan que para ellos la fecha ideal del levantamiento de veda era el 1 de septiembre y no 17 días después, porque los primeros días del mes las mareas les hubieran favorecido.
Añadieron que, aunque el levantamiento de la veda no se dio día que hubieran querido, aguardan las esperanzas de recuperar la inversión y pagar a tiempo los créditos, porque en los últimos años, la temporada de camarón no son tiempos de “vacas gordas sino de vacas flacas”.
