Guasave, Sin.- Comandos armados empecherados y con “cuernos de chivo”, encañonaron sobre la México 15, a “Juan” y “Alan”, nombrados así para proteger su identidad; iban pasando San Rafael, salieron de Guamúchil con destino a Guasave, y así, con todas las de la ley de nadie, los despojaron del carro en el que viajaban. Fueron las primeras víctimas, así lo narró “Juan”, a Línea Directa.
Vivieron minutos de terror, los peores de sus vidas, pues nunca pensaron que en su regreso después de una jornada de trabajo en el hospital, se toparían con la violencia que vieron en los medios que ocurría en Culiacán el pasado 05 de enero, por la captura de Ovidio Guzmán López, hijo de Joaquín Guzmán Loera.
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“Repasé mi vida en un segundo” expresó la víctima, pues fue testigo de cómo la carretera federal fue tomada por más de 50 personas armadas “hasta los dientes”, quienes prendieron con gasolina las unidades que estaban despojando, muertos de risa y con evidente gozo en sus rostros.
Los dejaron a pie en la carretera, corrieron lo más que pudieron con el miedo de que por diversión los sicarios empezaran a disparar las armas largas que portaban, todo pasó como una vil escena de terror.
“Eran como cinco camionetas entre 30 y 50 personas, empecheradas, armadas y todo; nos encañonaron y nos dijeron que nos bajáramos, nos bajamos, se subieron al carro dos de ellos, lo atravesaron en el medio de la carretera, le echaron gasolina y lo prendieron, y estos pues, gritaban emocionados; como dice la canción, repasé mi vida en un segundo, así, de que ¡“ingatu”!, yo pensé que a lo mejor me tiran o algo por diversión, fue cuando sentí los nervios cuando íbamos caminando, pues al saber que teníamos atrás a toda la bola esa, sólo pensaba: con que no se les fuera ocurrir tirar con sus armas”, narró.
“Juan” expresó que por un momento pasó por su mente que ya no iba a volver a ver a su familia, esos minutos de intensa tensión, mientras corrían sobre el acotamiento de la carretera federal, haciendo señas con sus brazos para evitar que los autos se acercaran al bloqueo y al mismo tiempo pidiendo auxilio.
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Dos jóvenes maestras que iban hacia Los Mochis transitaban por el carril sur norte de la México 15, tuvieron la suerte de que los sicarios las devolvieran y ellas fueron quienes salvaron a “Juan” y a “Alan”, les brindaron el apoyo subiéndolos a su camioneta, los regresaron al hospital a resguardarse, pero ahí también pasaron momentos de presión e incertidumbre, porque temían que los reclutaran por la fuerza los mismos delincuentes en Guamúchil.
Por fortuna, 10 horas después logró llegar a Guasave, nunca perdió contacto con sus padres y “Juan” ahora sólo da gracias a Dios de que está vivo, ya que lo material, para él, queda en segundo término, pues aunque considera que por sacrificios se logra comprar las cosas, en esta ocasión vale más tener vida que la pérdida un carro.