Culiacán. Sin. – Los hombres que ejercen violencia hacia las mujeres, principalmente contra sus parejas, padecen trastornos mentales como psicopatía, narcisista, que por su personalidad de superioridad y tener el control sobre los demás, creen que abusar está bien, señaló la psicóloga Edith Robles.
Comentó que este tipo de sujetos, lo que hacen es que imitan a su compañera como si fuera un espejo, es decir, actúan de tal manera que pareciera que son la pareja perfecta porque tienen los mismos gustos, lo que los hace parecer la “media naranja”, pero después sacan su verdadera personalidad de abusos y violencia.
“Ellos tienen una parte de su personalidad, ellos creen que todo lo que hacen está bien, por esta creencia de superioridad, inclusive creen que abusar está bien, porque los inteligentes abusan y los tontos son abusados desde su lógica perversa, entonces, ellos no sólo no se dan cuenta de lo que hacen, sino que no se dan cuenta del error y hacen el daño con toda la frivolidad y la intención”, dijo.
Indicó que en la mente de un psicópata, el que se enamora pierde, entonces utiliza sus métodos románticos para enamorar, y después ejercer control sobre la pareja para someter, humillar, sentirse superiores ante esa persona que tienen como pareja.
La especialista destacó que este tipo de personas inician ejerciendo violencia psicológica muy sutil, aíslan a la pareja de sus redes de amistad y familia, después se vuelve un “terrorismo psicológico” que va dañando el estilo de apego de la persona y se va convirtiendo en un apego más inseguro, ansioso y esto va produciendo que la mujer violentada quiera tener cerca a su agresor, pero al mismo tiempo se sienta con ganas de salir corriendo de esa relación porque esta violencia le va minimizando sus emociones, aspiraciones, sueños y toma de decisiones.
Indicó que la violencia psicológica va pasando a la física en acciones pequeñas como empujones, pellizcos y van aumentando poco a poco, hasta que se vuelve un ciclo de violencia, lo que hace que la mujer víctima quiera salir de ahí y es cuando vuelve la etapa de la luna de miel, donde el agresor busca pedirle perdón, hace promesas de que va a cambiar, le lleva flores, regalos, y empieza a hacer acciones que le gusta a la pareja, pero todo esto lo hace para seguir teniendo control sobre la víctima, después continúa la violencia, muchas veces tan fuerte que terminan en feminicidios.
Recalcó que la creencia de la sociedad es que las mujeres siguen en la relación violenta por “tontas”, pero en realidad toda la violencia que ha vivido le ha generado trastornos psicológicos y psiquiátricos, como el Síndrome de Estocolmo, Síndrome de la Mujer Maltratada, Vínculo Traumático, Síndrome de Indefensión Aprendida, de tal manera que no es fácil salir de una relación tormentosa.
Indicó que hay estudios que señalan que una mujer intenta dejar una relación de este tipo, siete veces, pero a nivel cerebral las funciones se ven afectadas, incluso hay estudios donde se ve que el cerebro de una persona que ha sido abusada se encoje, entonces afecta la atención, la concentración, la memoria, la fuerza de voluntad, motivación.
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Parte de la recuperación de una mujer sobreviviente a una relación de abusos, es alejarse del agresor, pero cuando el violentador sabe que está perdiendo el poder de dominación sobre la otra persona, es cuando empiezan a ejercer actos violentos más fuertes, por ello es importante que las mujeres que están en esta situación activen su red de apoyo, presenten la denuncia correspondiente, soliciten una orden de restricción, y si es posible, irse de la ciudad porque los agresores por más que tengan denuncias en su contra u órdenes de restricción, ellos siguen haciendo daño.
