Culiacán, Sin. – El comandante de la Policía Estatal Preventiva, Carlos Alberto “C”, conocido como comandante ‘Níquel’, acusado de alterar escena del crimen en Sanalona, donde Andrea y Carolina, originarias de Tamazula, Durango, fueron asesinadas por policías estatales que argumentaron una supuesta agresión, desistió de buscar la suspensión condicional del proceso y su defensa buscará otra estrategia legal.
Este viernes por la mañana se tenía programada una audiencia solicitada por sus abogados para pedir suspensión condicional del proceso, es decir, negociar para librar la cárcel, pero ésta solo duró 5 minutos porque desistieron de dicha solicitud.
Sus abogados del jefe policiaco informaron a la jueza que no buscarán la suspensión, que consiste en que se le retiraren los cargos a cambio de cumplir con una serie de medidas impuestas como la de reparación del daño.
En presencia del comandante Níquel, quien lleva el proceso en libertad y solo acude a las audiencias, los defensores pidieron a la jueza quedara sin efecto la audiencia, argumentando que habían cambiado de estrategia de último momento.
El crimen
Las víctimas, Ana Carolina, de 18 años; y Andrea, de 20, fueron asesinadas a balazos la madrugada del 27 de enero de 2020, presuntamente por policías de la Policía Estatal Preventiva (PEP). Ellas bajaban del templete de la presa Sanalona en un vehículo con otra jovencita y un joven, quien era el que conducía el vehículo, cuando fueron atacadas a balazos por los agentes.
Los uniformaron argumentaron que habían recibido balazos y solo repelieron la agresión.
Al comandante ‘Níquel’ lo acusaban de encubrir a sus policías
En anteriores audiencias, la FGE había acusado al comandante a cargo del operativo de ayudar a sus agentes para encubrir el doble homicidio de las jovencitas, quienes residían en Culiacán temporalmente por sus estudios.
Argumentaban que los jóvenes estaban armados, pero la supuesta pistola encontrada en el lugar, se investiga, si fue ‘sembrada’.
Se le señaló de permitir a sus agentes alterar la escena del crimen, sembrar la pistola, casquillos, incluso de poner pólvora en las manos de Andrea y Carolina para acusarlas de disparar y que no se viniera abajo su versión del enfrentamiento.
