Culiacán, Sin. Luego de que salió a la luz la existencia del rancho Izaguirre, presuntamente utilizado para el adiestramiento y exterminio de personas, varias familias han visto reflejadas en las historias de las víctimas ya identificadas la posibilidad de encontrar a sus seres queridos desaparecidos.
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Es el caso de la familia de Basilio Romo Figueroa, en Culiacán, un joven que salió en busca de trabajo en 2013 y nunca regresó. Ahora, sus hermanas se convierten en activistas con la esperanza de que esta revelación les ayude a encontrarlo.
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Basilio desapareció sin dejar rastro el 1 de mayo de 2013. Desde entonces, su familia lo ha esperado en casa, pues antes de su desaparición se encontraba desempleado y había trabajado como velador. Vivía con un hermano y el día en que se le perdió el rastro acudió a una supuesta entrevista de trabajo.
¿Cómo ocurrieron los hechos?
Según relata Magda, su hermana, aquel día parecía transcurrir con normalidad, pero pronto se convertiría en un doloroso recuerdo. Basilio salió de casa para acudir a una entrevista de trabajo en el mercado de abastos de Culiacán.
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Antes de irse, les comentó que el puesto ofrecido era para cuidar tráileres en la zona. En medio de la desesperación por no tener empleo asistió con entusiasmo, creyendo que se trataba de una oportunidad laboral, sin embargo, nunca regresó.
Desde entonces, no hubo más noticias de él. No recibieron llamadas, amenazas ni solicitudes de rescate. Nadie lo vio llegar ni salir del lugar, y sobre aquella oferta de trabajo, jamás se supo nada más.
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Hoy han pasado 12 años desde aquel fatídico día, y tras conocerse los atroces crímenes ocurridos en el rancho Izaguirre, la familia de Basilio ve en esta revelación una dolorosa esperanza de encontrar respuestas.
“Basilio fue a buscar trabajo. Nunca habíamos venido para acá, pero hoy, con lo que nos enteramos de lo que pasó en Jalisco, pensamos…”
-¿Podría ser una esperanza para ustedes?
“Sí”, respondió entre lágrimas su hermana.
“No fue en Sinaloa, pero pues jalaban gente de todos lados para trabajar”, agregó.
A partir de este momento, Magda se suma a la lucha de los colectivos de búsqueda. Convertida en activista, no descansará hasta hallar respuestas sobre su hermano.
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Como el caso de Basilio, decenas de familias ven en este macabro lugar la posibilidad de encontrar, al fin, a sus seres queridos desaparecidos, con la esperanza de que hayan logrado escapar o, en el peor de los casos, que su destino haya estado ligado a este sitio.
