Guasave, Sin. “Alina” por llamarla así, protegiendo su integridad, es el caso de una mujer guasavense víctima de violencia física y psicológica, su pareja le pega todos los días, por lo que casi a diario llama a pedir auxilio al 911, pero es tanto el miedo y el terror que su agresor ha sembrado en ella, que no ha logrado dar el paso para denunciarlo.
Lamentablemente, este mismo comportamiento, es similar al de muchas mujeres que son violentadas, no se atreven a romper con el círculo de maltrato y violencia, señaló Arely Espinoza, coordinadora de la Célula de Reacción Inmediata en Guasave, quien recordó el caso de “Alina” como un ejemplo de que por más protocolos que se apliquen a la hora de auxiliarlas, la decisión de terminar con el tormento está únicamente en ellas.
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“En una ocasión me tocó una víctima que casi a diario nos hacía el llamado para ser auxiliado y por más de seguir los protocolos ella al momento de interponer la denuncia retrocedía, y hasta el momento no la ha interpuesto, pero nosotros siempre que acudimos tratamos que hacerle ver que siempre que nos necesite ahí vamos a estar. Existe esa parte en donde tienen miedo, es una decisión muy difícil para ellas”, precisó.
Son muchas mujeres violentadas las que se atienden día tras día por la Célula de Reacción Inmediata, en promedio son entre 8 y 10 casos, eso habla que las víctimas se atreven a alzar la voz y hay mecanismos que pueden ayudarlas y protegerlas.
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Sin embargo, la cultura de la denuncia no ha avanzado, de cada 10 mujeres víctimas de violencia solo dos rompen la cadena del maltrato demandando penalmente a sus agresores, lamentó Arely Espinoza, al precisar que no se ha dejado de trabajar en fomentar la importancia para que las víctimas concreten el proceso ante la Fiscalía General del Estado.
