Guasave, Sinaloa. La tarde del pasado domingo, la comunidad de El Progreso fue testigo de un doloroso y emotivo homenaje cuando los cuerpos de Luis Alfredo y José Belén, primos originarios de Guasave, llegaron a su última morada. En medio de un triste ambiente, resonaba el sonido de la banda entonando “El Sinaloense”.
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Los dos jóvenes que perdieron la vida en un trágico accidente ocurrido en las inmediaciones de Caborca, Sonora, cuando se disponían a regresar a Mexicali y Estados Unidos, donde ambos residían desde hacía tiempo.
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El lamentable suceso tuvo lugar en una carretera sonorense, donde un aparatoso accidente automovilístico truncó las vidas de estos dos guasavenses. El accidente fue de tal magnitud que no dejó margen para su supervivencia, causando una profunda conmoción tanto en la comunidad local como entre sus seres queridos que esperaban su regreso. La noticia se esparció rápidamente, y pronto las muestras de apoyo y solidaridad inundaron tanto las redes sociales como las calles del poblado de El Progreso.
Los cuerpos de los primos fueron recibidos con una multitud que no ocultaba su dolor. Decenas de personas se congregaron en torno a sus familiares, acompañándolos en su duelo y sumándose a los rezos y a las tradicionales canciones de la región que acompañaron el recorrido final de los jóvenes.
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Al ritmo de la música sinaloense los presentes no pudieron evitar que las lágrimas rodaran por sus rostros. La tristeza era palpable, pero también lo era el afecto y el respeto que la comunidad sentía por Luis Alfredo y José Belén.
“Qué dolor tan grande, eran unas personas muy queridas, estaba lleno de gente que los acompañó”, expresaba uno de los asistentes, visiblemente afectado por la tragedia. Entre los presentes se encontraban amigos de la infancia, compañeros de trabajo y vecinos, quienes compartían el sentimiento de incredulidad y angustia ante la irreparable pérdida.
La comunidad de El Progreso quedó consternada por la partida de dos de sus hijos. Los primos eran recordados como personas trabajadoras, con fuertes lazos familiares y una gran conexión con su tierra natal, a pesar de vivir lejos. Tanto Luis Alfredo como José Belén habían emigrado, uno a Mexicali y el otro a Estados Unidos, en busca de mejores oportunidades, pero mantenían un estrecho vínculo con sus raíces y visitaban regularmente a sus familiares y amigos en Guasave.
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El dolor es profundo en el pueblo. Las calles que suelen ser escenario de festejos y celebraciones al ritmo de la música sinaloense, se transformaron en un lugar de duelo, donde el sonido de las bandas ahora se mezclaba con el llanto de aquellos que despidieron a dos jóvenes que partieron demasiado pronto.
Los funerales de Luis Alfredo y José Belén, que se llevaron a cabo el mismo domingo por la noche, fueron un acto cargado de simbolismo y dolor. La comunidad se volcó a despedirlos, en un emotivo evento que dejó claro el gran cariño que se les tenía. Las oraciones, los abrazos solidarios y el recuerdo de los buenos momentos compartidos formaron parte de un ritual que permitió a la comunidad expresar su dolor y su solidaridad con las familias afectadas.
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Con la partida de estos dos jóvenes, El Progreso queda marcado por una tragedia que difícilmente se olvidará, dos primos que habían asistido al funeral de su abuelo. Sus nombres quedarán en la memoria colectiva de un pueblo que hoy llora su pérdida, pero que también celebra la huella que dejaron en la vida de quienes los conocieron.