Mazatlán, Sin.- Hace más de 30 años, don Macario aprendió a reparar sillas de ruedas. La discapacidad que lo mantiene en uno de estos aparatos no le impidió seguir contribuyendo a la economía familiar, y desde entonces se dedica a este oficio y hasta colabora con el Sistema DIF Mazatlán.
Macario Jiménez Cortez compartió con Línea Directa que siempre tuvo claro que estar en una silla de ruedas no lo iba a detener para salir adelante, sino que esta situación lo motivó a buscar cómo ayudar a su familia y logró convertirse en un mecánico de esta herramienta de movilidad.
Sigue toda la información del sur de Sinaloa en la sección especial de Línea Directa
“En mi casa, su humilde casa, hago mantenimiento de sillas a las personas que quieran, ahí en la calle Huatabampito, ahí la 214, Infonavit Playas, ahí tiene en su casa”.
Comentó que lo de la reparación de sillas de rueda lo aprendió por la necesidad de arreglar la suya, pero lo fue perfeccionando cuando estuvo en la asociación Padres y Compadres, donde aprendió aún más.
Agregó que anteriormente era fotógrafo, sin embargo, por la pandemia tuvo que retirarse y dedicarse solo a la reparación de sillas, lo que le ha permitido sacar adelante a su familia, porque el trabajo nunca falta y más entre semana.
Don Macario indicó que el tiempo de reparación de un aparato de estos puede variar, porque en ocasiones hay que buscar piezas.
Podría interesarte: Colorida y elegante, la catrina recorrió el centro histórico de Mazatlán; cientos la acompañan
Actualmente, don Macario colabora en un taller del DIF Mazatlán, el cual le enseña este oficio a más personas que sufren alguna discapacidad, pero desean aprender y sentirse productivos.
“Trabajo en mi casa, ahí trabajo. La gente me lleva trabajo y Maité (Apodaca Muñoz, presidenta del DIF Mazatlán) me habló para poder apoyarlos y hacer un taller en el DIF. Toda la gente que necesita ese apoyo, por ahí estaremos apoyándolos, arreglándoles las sillas”.
