SINALOA.- ¿Cuántos mochitenses disfrutamos escuchar los sonidos que emanaba desde las grandes fábricas del Ingenio de Los Mochis? ¿Cuántos más disfrutamos ver la lluvia de “negritos” que tapizaban las calles de la ciudad y sus alrededores?
El Ingenio Azucarero de Los Mochis terminó sus labores en un mes de agosto pero del año 2014 con la última zafra, que marcaría el fin de una era de esfuerzo, dedicación, producción y éxitos. El silbato que dio el último aviso quedó en silencio, el viento con tizne y el olor a caña, dijeron adiós para siempre.
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Fue a través de la página “Ciudad X Los Mochis”, quienes hicieron recordar la última vez que se escuchó este sonido tan peculiar que llegaba a kilómetros a través de los ecos, por lo que se disfrutaba y se sentía tan bien presenciarlo.
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La historia de Johnston y el Ingenio
Benjamin Francis Johnston apareció en Ahome en 1890, con veinticinco años de su edad, cargado de ilusiones y deseos de progresar a fuerza de trabajo. Johnston fue todo un hombre de negocios, un hombre de empresa extraordinario.
Se asoció a don Zacarías Ochoa en el ingenio El Águila, donde seguramente aprendió el negocio, adquirió experiencia, creciendo en actividad, capacidad y doma de la voluntad para encaminarse a ser lo que fue; el talento, los dones, las cualidades las tenía, y yacían en él, en su yo, esperando el momento de aflorar.
Los Mochis empezó a florecer en el desierto, la azucarera fue la semilla y el sembrador fue Johnston: fructificó en la ciudad misma de los Mochis, comenzando lo que sería una de las ciudades más productivas en el norte del estado.
La Sinaloa Sugar Company, en 1902, creó y erigió el ingenio que posteriormente sería conocido como de los Mochis, siendo Johnston su dueño real. La primera zafra sucedió a principios de 1904, siendo el cuatro de mayo cuando la destilería principió a exsudar alcohol.
Paralelamente, contiguo al ingenio, empezó a crecer un poblado. El trazo urbano, aunque modesto en su origen fue moderno y ambicioso, comenzando en el mes de enero de 1903. De esa aldea, de medios tonos en su inicio, surgió el emporio agrícola e industrial que hoy conocemos como ciudad de Los Mochis.
Por tanto, Los Mochis nació con y por el ingenio de la “Sinaloa Sugar Company” personalizada en el esfuerzo, trabajo y visión de Benjamin Francis Johnston.
Sin embargo, ahora el ingenio ya no volverá a funcionar, el pito de la fábrica no lo volveremos a escuchar, y los vientos con olor a caña no los vamos a volver a tener, la empresa que dio vida por más de 100 años a esta ciudad será recordada nostálgicamente.
