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México.- Algunas personas, la mayoría, destacan que cuando las muelas del juicio les están brotando, un intenso dolor que les impide masticar correctamente sus alimentos o andar por la vida como cualquier ser humano, sobreviene de inmediato.
Pero hay algunos que no saben, y tampoco se han puesto a ver su boca para saber si estas muelas, por cierto, las últimas en salir ya que uno está más “grandecito”, están brotando, ya salieron o de plano “nunca llegaron”.
De acuerdo a especialistas en salud bucal y odontólogos, las muelas del juicios es como se conoce popularmente a los terceros o últimos molares tanto de la mandíbula como del maxilar superior. También se les denomina en el sector profesional como “cordales”, y son quizá las piezas dentales más recordadas entre la sociedad.
Y no, olvida aquello que dicen que si no te han salido “no tienes juicio”, ya que no tiene nada que ver la carencia de estas a tu estabilidad o nivel de madurez mental, excepto cuando duelen, aquí si tendrás que sacar lo mejor de ti y decirle a tu mente “el dolor es mental” ¡aunque claro que no lo es!
Las muelas del juicio son las últimas en desarrollarse y en erupcionar. Generalmente suelen aparecer al final de la adolescencia o antes de los 20 años, pero en ocasiones pueden hacerlo con más retraso o incluso no llegar nunca a salir y quedarse retenidas dentro del hueso maxilar.
Su nombre va asociado a la fase en la que aparecen en nuestra boca. Su erupción se asocia al momento en que una persona adquiere una mayor madurez y capacidad de juicio
Pero ojo, no a todas las personas les llegan a salir, y así como es de habitual que toda persona tenga cuatro primeros molares y cuatro segundos molares, no es nada excepcional que algunas personas nazcan sin los cuatro terceros molares (2 inferior y 2 superiores), por lo que es frecuente que algunas personas sólo tengan 3, 2, 1 o incluso ninguna muela del juicio.
Y si te estás preguntando el motivo por el que no todas las muelas del juicio salen, también es frecuente que no tengan suficiente espacio en el maxilar, o también puede pasar que su posición durante su desarrollo no sea idónea y queden encajadas contra otros dientes, impidiendo su correcta erupción.
Según estudios, la evolución humana a suavizado los hábitos alimenticios lo que ha creado una tendencia de una menor necesidad de dientes y mandíbulas grandes, y por consiguiente, de muelas del juicio ¡qué tal!
Siempre será necesario ir con el dentista para que, si ya estás “grandecito” o “grandecita”, te solicite una radiografía en la que se vea la posición de tu dentadura, y corrobore que la del juicio no tenga una mala posición y esté ahí pero no a la vista, ya que esto podría desde mover toda tu dentadura y sí, ocasionarte fuertes dolores.
La propia erupción dental puede producir molestias. En algunas ocasiones la falta de espacio o la imposibilidad de colocarse produce una inflamación gingival que genera dolor y molestias en el paciente.
También será el propio especialista el que te indique si es necesario retirarlas o no, dependiendo de la posición o riesgos que puedes correr por tenerlas en ese estado.
Hay personas que prefieren quitarse todas las muelas de una vez. Otros prefieren quitarlas de una en una o de dos en dos, la recomendación siempre será estudiar cada caso de manera individual y aplicar siempre el protocolo más sencillo y amable para que tengas la experiencia más positiva. El momento ideal para empezar a valorar la necesidad de retirarlas es el final de la adolescencia.
Así que olvida aquello de que no tienes juicio si te faltan las muelas del juicio, que nada tiene que ver con eso, pero sí, con una salud dental óptima y que no te traiga dolor a tu vida, al grado que no puedas comer, ni hablar o sonreír.