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México.- Mientras que lo especialistas económicos aseguran que el Horario de Verano ayuda al ahorro de energía, otros los de salud, recomiendan a la población que cuiden su corazón ante los efectos negativos, con infartos, debido al estrés que el organismo se somete por este proceso.
Investigadores de Alabama continúan destacando que, adelantar una hora el reloj, lo cual ya sucedió en una parte de México el 13 de marzo, pero que se generalizará el próximo 3 de abril, está vinculado a un mayor riesgo de sufrir un infarto.
Los especialistas encontraron un riesgo 10% mayor de sufrir un infarto durante los dos días siguientes al cambio de horario, esto debido al estrés que el organismo se somete por este desfase de tiempo que obliga a despertar una hora antes de lo acostumbrado; pasa distinto con el Horario de Invierno, cuando el reloj s retrasa y relaja a la población.
Aunque los investigadores no saben con precisión cuál es el mecanismo que provoca este riesgo, creen que los cambios de horario, por pequeños que sean, “desquician” el reloj biológico interno del organismo.
El profesor Martin Young, quien dirigió el estudio por parte de la Universidad de Alabama, destacó que cada célula del organismo está regida por su propio reloj molecular, el llamado ritmo circadiano, que permite a los tejidos y órganos anticiparse a los eventos del día y la noche y ajustarse a ellos.
Agregó que “cuando ocurren cambios en este reloj biológico, por ejemplo trabajar un turno nocturno, viajar a través de husos horarios e incluso reducir una hora de sueño para ajustar el reloj al horario de verano, nuestras células están esperando un evento, como una hora más de sueño, que no ocurre, y esto provoca una respuesta de estrés”.
Así que si al darse el cambio de horario y debas, obligadamente, despertar una hora antes de lo acostumbrado, pon especial atención a los síntomas que podrían indicar, que un infarto está por llegar.
• Presión, opresión, dolor, o sensación de compresión o dolor en el pecho o en los brazos, que puede propagarse hacia el cuello, la mandíbula o la espalda.
• Náuseas, indigestión, ardor de estómago o dolor abdominal.
• Falta de aire.
• Sudor frío.
• Fatiga.
• Aturdimiento o mareos repentinos.
También debes tomar en cuenta que algunos ataques cardíacos se producen de repente, pero muchas personas tienen signos y síntomas de advertencia horas, días o semanas antes. La primera advertencia podría ser un dolor o una presión en el pecho recurrente (angina de pecho) que se desencadena con el esfuerzo y se alivia con el descanso. La angina de pecho es el resultado de un descenso temporal del flujo sanguíneo hacia el corazón.