México. ¿Conoces el alcanfor?, se trata de una sustancia más común de lo que parece, y más beneficiosa de lo que pudieras pensar; aquí te decimos todo lo debes saber. Procede de la madera del árbol alcanforero Cinnamomum camphora, enorme, perenne y e originario de Asia, concretamente de la Isla de Borneo.
Para comenzar, es importante saber que el alcanfor tiene una acción analgésica, aunque también rubefaciente -que causa irritación y enrojecimiento de la piel debido al aumento del flujo sanguíneo-.
De manera específica, está indicado para el alivio de los dolores musculares o articulares localizados, para aliviar la congestión nasal y la tos. Pero, ¡cuidado! no debes abusar de su aplicación. Forma parte de cremas, vapores descongestivos y expectorantes.
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- Aliviar dolores en las articulaciones.
- Aliviar la hinchazón abdominal y los gases.
- Desinflamar los músculos.
- Descongestionar las vías respiratorias y expulsar las flemas (es expectorante).
- Desinfectar heridas.
- Evitar la varicela.
- Favorecer la buena digestión y ayudar a tener un metabolismo óptimo.
- Reducir los dolores en los golpes, esguinces y contusiones.
- Prevenir enfermedades como la conjuntivitis y los ojos rojos.
- Tratar hongos en la piel o uñas.
- Repeler insectos y combatir piojos.
- Reducir el ardor en las picaduras de mosquitos.
- Tratar problemas en la piel, como el acné y las erupciones.
- Fortalecer el sistema inmunitario (evitando enfermarnos por causa de los virus y bacterias).
- Relajar el cuerpo en combinación con otras plantas.
Un estudio realizado por miembros de la Universidad Hamdard descubrió que este elemento era eficaz en el alivio de los dolores musculares de intensidad leve o moderada en rodillas, muñecas, parte posterior del cuello, hombros y parte inferior de la espalda. En cuanto a la artritis, el alcanfor redujo la inflamación en un estudio hecho en ratas que se publicó en China Journal of Chinese Materia Medica.
El alcanfor tiene sus raíces de china y la india, desde hace muchos siglos se ha relacionado con la curación y esa asociación lo hace ideal para muchos rituales religiosos.
¡Atención! El alcanfor no es para todo el mundo. Los expertos no recomiendan emplearlo en el caso de mujeres embarazadas y en periodo de lactancia, personas que padecen epilepsia o Párkinson ni tampoco en la población infantil.
El alcanfor tampoco debe usarse para tratamientos hepáticos, biliares, cólicos ni infecciones urinarias, ni usarse por parte de personas con piel delicada.
