Culiacán, Sin.- Apenas estaban confirmando el hallazgo del segundo cadáver al sur de la ciudad, cuando por el radio de una patrulla de la Policía Municipal que tenía el altavoz encendido se dio aviso de otro cuerpo sin vida sobre una de las calles de la colonia Tierra Blanca y de inmediato un policía exclamó “Se soltó el diablo”.
Rápidamente otro uniformado le corrigió y le dijo “¿Y cuándo ha estado amarrado?”, a la vez reía de manera irónica mientras que el resto de los curiosos, periodistas y personal de casas funerarias apoyaba la contestación moviendo la cabeza de arriba hacia abajo.
Otro de los presentes dijo “Yo pensé que con este frío los malandrines se iban a calmar, pero me doy cuenta que les vale ma… y ellos hacen su chamba” a la vez que se cubría los rayos de un sol recién parido con la palma humano.
Una mujer adulta hace fuerzas para abrazarse mientras sus manos están cruzadas sobre el pecho, como queriendo aumentar la temperatura para soportar las pequeñas ráfagas de viento gélido que se pasea por la zona despejada del Arroyo del Piojo.
Mientras está cruzada de brazos encoge su cuello y mueve sigilosamente su cabeza de un lado a otro para fisgonear entre la maleza el cadáver tapado con una manta de color azul, y a manera de enfado señala “Sólo se lo alcanzan a ver los tenis blancos”.
Un trabajador camina apresurado hacia adelante rumbo a su trabajo con una lonchera que pende de una de sus muñecas escondida en la bolsa de su pantalón por el frío que azota la zona. De pronto se detiene al ver la cinta amarilla y el bulto tapado con la sabana azul y en ese momento se acaba la prisa que llevaba para fijar su vista en la escena policiaca.
Sin sacar su mano que sostiene la bolsa del lonche de su pantalón, con la otra se coloca un cigarrillo en la boca, luego le prende fuego con un encendedor para posteriormente exhalar el humo que se mezcla con la frescura del ambiente y le dice a nadie que está a su lado “otro que no llegó al año nuevo ”
Los 60 minutos de la hora matutina fueron teñidos por la sangre de tres víctimas de la violencia en la ciudad, tres almas que este año nuevo no sentirán la emoción de abrazar a sus seres queridos, tres propósitos que jamás serán cumplidos y muchas preguntas que quedarán en el aire sin ser contestadas.