Culiacán, Sin.- Como sí se tratara de una burla a las autoridades encargadas de procurar justicia en el estado y a las responsables del medio ambiente, los incendios en la pensión de Grúas Culiacán se siguen presentando, acabando con el poco patrimonio de algunos ciudadanos que tienen vehículos resguardados en el lugar y contaminando de manera grave el medio ambiente.
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Bastaron sólo nueve horas para que la pensión de Grúas Culiacán ardiera de nuevo la mañana de éste jueves, cuyo fuego arrasó con varios vehículos que estaban estacionados en el lado oriente de la pensión y a unos metros de la entrada principal.
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Los esfuerzos de otros países por bajar los índices de contaminación en sus ciudades con grandes concentraciones humanas son ignorados como ejemplo por los gobiernos locales y estatales de nuestra entidad, esto ante la indiferencia que muestran por la gran contaminación que generan los constantes incendios en el corralón anteriormente mencionado, ubicado por el libramiento Benito Juárez La Costerita al sur del sector Barrancos
Para muchos ya no es un secreto que este tipo de eventos es provocado de manera intencional por personas que tienen intereses para acabar con las evidencias de delito en el lugar, pues la mayoría de los vehículos carecen de autopartes como llantas y accesorios y en muchas ocasiones se han localizado cadáveres de personas asesinadas dentro de las unidades allí resguardadas.
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“Tal parece que los interesados en que se queme todo lo que hay aquí son los que le prenden fuego a los carros. ¿Pará qué? Pues con eso borras todas las evidencias que hay aquí y si no existe el cuerpo del delito o las pruebas del mismo, y si no las hay, pues no existe” señaló un automovilista que se detiene en la zona para tomar fotos de la impresionante columna de humo negro que se levanta tras el incendio.
Con este tipo de hechos no sólo se contamina de manera grave el medio ambiente, sino que una buena parte del sector de la ciudad queda desprotegido al movilizar a los cuerpos de emergencia al lugar y además, se gasta el vital líquido del agua que al paso de las horas escasea aún más por la sequía que azota la entidad.
