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Guasave, Sin.- La maestra Julia pagó caro el precio de la soledad pues tuvieron que pasar alrededor de 20 días para que se descubriera que estaba sin vida dentro de su casa ubicada en la colonia 18 de Marzo donde solo tenía la compañía de su mascota.
Fue cerca de la 1:00 de la tarde cuando vecinos alertaron a las corporaciones que del interior de la vivienda de la profesora jubilada de 65 años emanaban olores desagradables, como el que despide un cuerpo en descomposición.
La extrañeza de los residentes de la calle Francisco J. Mújica fue más al caer en cuenta que ya tenían muchos días que no veían a la docente en retiro en las afueras de su domicilio, como era común observarla, por lo que fue inevitable pensar que algo le había ocurrido ya que tampoco reaccionó a los llamados que le hicieron.
Minutos después una patrulla de la Policía Municipal arribó al inmueble de la maestra Julia y para los agentes que atendieron el reporte no había duda de que en el interior había una persona sin vida, pero la puerta estaba bien asegurada.
Un poco más tarde llegó el personal investigador de la Fiscalía General del Estado y una vez que pudieron ingresar a la casa confirmaron las sospechas, la docente estaba sin vida y su cuerpo ya presentaba un alto grado de descomposición.
Por las condiciones en las que estaban los restos de la profesora, las autoridades estatales estimaron que tenía alrededor de 20 días de haber fallecido de causas naturales, pues no se encontraron evidencias ni huellas de violencia, además de que el acceso a su vivienda estaba demasiado bien asegurado como para que alguien hubiera entrado.
La única compañía que tenía la maestra era un perro, pues no procreó familia, que no dejaba de ladrar ni de día ni de noche, como queriendo gritar las condiciones en las que estaba su dueña.
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Tuvieron que pasar 20 largos días para que se supiera que la mujer, quien entregó su vida a le educación de niños y adolescentes, había muerto en la más completa soledad cuando le sobrevino el padecimiento que lamentablemente le arrancó la existencia.
