Mazatlán, Sin.- “Qué importa el mar, si perla soy”, frase característica de una amiga y compañera de trabajo que no volverá a escuchar con la voz y alegría que siempre se reflejó en el rostro de Fabiola Zamora, elemento de la Policía Municipal de Mazatlán que cayó no en cumplimiento de su deber, sino por causa de un tumor cancerígeno que le fue detectado apenas semanas atrás.
“La enfermedad te tomó desprevenida, y te venció, sin dar tregua a una batalla”, fueron las palabras que le repetía Eloísa Moya, compañera de anécdotas vividas fuera de las jornadas labores, justas deportivas organizadas durante los festejos por el Día del Policía, donde participaba como Las Perras, contagiando su alegría.
“Habíamos pasado cosas juntas, balaceras, cosas sentimentales, horribles, muchas cosas que la entendía y que ella entendía, era una mujer que me escuchaba”.
Fabiola Zamora fue una mujer dedicada a su hogar, hijos y padres, que le sobreviven; su nieta fue su impulso a seguir para brindarles lo mejor de su ser, entregada al trabajo con apego a la legalidad, participó en grupos de reacción sin importar el riesgo o las cruentas balaceras en las que se vieron involucradas, comentó su amiga “Elo”, como siempre la llamó.
“Una manera tan horrible y tan rápida, no le dio tiempo de defenderse porque ella hubiera sido una guerrera y le hubiera vencido al cáncer, es por eso que perdió la batalla porque la agarró desprevenida”.
Las instalaciones de Seguridad Pública Municipal reflejaron tristeza, rostros desencajados, ojos llorosos y un minuto de silencio abrumador, además de un último pase de lista, fue la última visita de Fabiola Zamora a lo que fue su segundo hogar, por ser distinta su partida, no tuvo la salva de honor pero sí un aplauso y cambio constante de guardia en su féretro a esa gran persona y compañera que con su gran sonrisa alegró a más de uno.