Don José Alfredo y Martín se quedan sin nada; el fuego consume sus viviendas en Mazatlán

Mazatlán, Sinaloa. Nunca iba a pensar el señor José Alfredo que prender una hornilla para prepararse su cena iba a ocasionar que perdiera su pequeña vivienda y la de un vecino. Pero el consuelo de los vecinos y familiares es que no sufrieron ningún daño, porque las cosas materiales se vuelven a conseguir, pero la vida no, señalaron.

La noche del lunes los cuerpos de Bomberos Veteranos y Voluntarios Mazatlán, así como paramédicos, acudieron al reporte del incendio de una vivienda de madera y lámina ubicada en la calle Guadalupe Victoria en la colonia Rafael Buelna. Al llegar, eran dos viviendas que estaban ya cubiertas en llamas y el fuego ya había alcanzado una panga que estaba al fondo del patio.

Al cabo de unos minutos lograron sofocar y extinguir el incendio, pero ya no existían las dos viviendas donde vivían los dos adultos mayores.

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La señora Judith, sobrina del señor José Alfredo González Angulo, dijo que su tío estaba preparándose la cena, y que de la hornilla pudo haber volado alguna flama que alcanzó algunas láminas de cartón, con lo que empezó a arder la vivienda, por lo que apenas pudo salir a tiempo.

Comentó que su tío logró salir a tiempo, y a pesar de que fue revisado por los paramédicos, no presentó ninguna lesión. Sin embargo, por la noche dijo a su sobrina que se encontraba caliente, sobre todo su cara, ya que estuvo expuesto a las llamas, por lo que le dio una pastilla de paracetamol, además de que no pudo dormir con un familiar porque estaba todavía asustado.

Rápidamente el fuego se extendió a la vivienda de enseguida, donde por fortuna no se encontraba su morador, el señor Martín, ya que había ido a comprar café, pero al llegar se encontró con que había perdido todo en pocos minutos.

– “Perdí la cama, cobija, la ropa, tenis, todo lo que tenía ahí, un ropero, el abanico no, porque acá lo tenía (con una hija), todo lo demás que había, cosas que había”.

– ¿No logró sacar nada?

– “No, andaba para la tienda yo, fui a comprar café, fue en un ratito que pasó eso, fue menos de media hora que había ido a la tienda que me había ido cuando pasó eso”, narró el señor Martín, quien perdió su vivienda de lámina y madera, donde vivía desde hace unos seis años que llegó a ese lugar.

Dijo que cuando llegaron los bomberos ya no había nada, el fuego alcanzó hasta una palma y otros árboles que estaban a unos metros, la gente estaba echando agua con mangueras.

Recordó que ya se iba a acostar, pero como se le había acabado el café fue hasta la tienda que está a varias cuadras, y desde allá vio el “humaderón”, pero no pensó que era su casa y la de su vecino, hasta que llegó y se dio cuenta y le dijeron lo que había pasado.

Ahora, los dos hombres adultos mayores piden la ayuda de la ciudadanía para poder reconstruir sus viviendas, que aun y cuando estarán viviendo con familiares, consideran que no hay nada como su propio hogar. Por el momento empezarán a limpiar para empezar de nuevo.