Culiacán, Sinaloa. Este jueves el Ejército Mexicano desplegó en Culiacán 10 camionetas blindadas tipo Ocelot, también conocidas como “Ocelotl” VE.RE. (Vehículo de Reconocimiento), para reforzar la seguridad y realizar patrullajes de vigilancia.
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Estos vehículos están especialmente diseñados para responder a los desafíos de seguridad en zonas urbanas y rurales, combinando movilidad y protección avanzada.
Los vehículos Ocelot basados en el modelo Cobra 4 de la empresa Streit Group, representan una nueva generación de blindados ligeros, diseñados específicamente para la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena). Pueden transportar hasta 11 tripulantes y cuentan con un motor Turbo Diesel de bajo consumo que permite recorrer más de 400 kilómetros sin necesidad de recargar combustible y alcanzar velocidades de hasta 140 km/h. Además, pueden subir pendientes de hasta 65 grados y soportar inclinaciones laterales del 40 %. Su tracción 4×4 y el sistema de cabestrante delantero les permiten superar terrenos fangosos, y el sistema de inflado y desinflado de neumáticos ayuda a mantener la movilidad en terrenos difíciles.
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El nombre “Ocelot” hace referencia a los guerreros jaguar de la época prehispánica, una élite militar del México antiguo que incorporaba elementos de este felino en su vestimenta, creyendo que les otorgaba su fuerza en combate.
Los vehículos reflejan esta herencia con su blindaje de alta resistencia, capaz de soportar impactos de alto calibre y explosiones, además de una torreta giratoria de 360 grados que permite montar diversos calibres de armamento. Las troneras laterales permiten a los tripulantes repeler ataques sin exponerse, y el snorkel lateral les confiere una destacable capacidad de vadeo en agua.
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Estos blindados están también preparados para enfrentar dispositivos ponchallantas gracias a neumáticos reforzados con aros de rodamiento que les permiten seguir avanzando aun si se ven perforados. A lo largo de la jornada el Ejército también reforzó su presencia en Sinaloa con la llegada de 100 elementos de fuerzas especiales, enfocados en tareas de inteligencia y operaciones estratégicas en la región.
Este refuerzo de seguridad responde a la creciente violencia en Sinaloa desde el 9 de septiembre, cuando facciones del Cártel de Sinaloa comenzaron una serie de enfrentamientos en Culiacán y sus alrededores.
