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Guasave, Sin.- Tres cenotafios de diferentes tragedias enmarcaron la muerte de Julio César, la más reciente de ellas ocurrida apenas el pasado 13 de enero del 2019, hace solamente tres años… la noche de este sábado la famosa “curva del Amolito” cobró una nueva vida.
Julio César tenía apenas 48 años de edad, era vecino de Los Ángeles del Triunfo, por eso sus hijos alcanzaron a llegar pronto al lugar del accidente; una joven desesperada le gritaba a su padre, quería que le dijeran que no era verdad, que alguien le diera una esperanza de vida y le gritaba, aunque éste ya no la oía, que no podía irse porque aún le hacía mucha falta.
La escena era desgarradora y aunque la oscuridad de la noche no permitía la visibilidad, las intermitentes luces azul y roja de las patrullas daban oportunidad de dilucidar un poco para confirmar los hechos: una camioneta hasta el fondo del canal con los focos todavía encendidos y el estéreo tocando, como si La Mera Jefa tratara de amenizar el tétrico momento.
Julio fue la cuarta víctima mortal de éste trágico sábado en la región del Petatlán, tres de ellos en accidentes fatales, de esos que encabezan las estadísticas de defunciones en Sinaloa.
