México.- Carlos nunca imaginó que comparar barato y por redes sociales le costarían meses de tranquilidad y una marca probablemente de por vida con su nombre y fotografía circulando por la red, “quemándolo” sin deberla ni temerla.
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Pero la omisión y la confianza cobran una cuota alta, mayormente cuando se habla de la compra de artículos robados, sí, de los que circulan mucho en los grupos de compra y venta en redes sociales.
Carlos, obviamente el nombre ficticio de este sinaloense, que ha vivivo un viacrucis, narra que todo comenzó cuando perdió su celular un día que fue a la playa; era su herramienta de trabajo y al no tener dinero suficiente para comprar uno nuevo, buscó “ofertas” en los grupos de Facebook y en el Market de la red social.
Miró de todo tipo, pero ninguno que se ajustara a su presupuesto, 2 mil pesos que posteriormente se convirtieron en 102 mil, más la “quemazón” de su imagen al encender el dispositivo y alertar éste al dueño, quien indicó que se lo robaron sin darse cuenta en un restaurante, pero lo tenía en modo alerta para ubicarlo e ir por él, pero acompañado por policías.
El desafortunado comprador, dijo que el proceso de venta fue rápido, se lo entregaron en un centro comercial y ni cinco minutos tardó en pagar, recoger y preguntar más características del equipo y revisarlo para ver si servía; posteriormente el vendedor se fue “rapidito” y no supo más de él, incluso el número que le dio, fue desactivado posteriormente.
Cuando lo abordaron en su casa, el “confiado” sinaloense sintió que la vida se le venía de golpe ya que no podía dar crédito a haber comprado algo robado cuando el vendedor le aseguró que todo estaba en orden “que era suyo y que lo vendía por cambio de equipo”.
“Me costó muy caro ser tan confiado, por no ver más allá como tanto se nos advierte y por adquirir el teléfono que me ha cambiado la vida; de verdad desde hace tiempo vengo con esta cruz que me está cerrando puertas aunque llevo la evidencia de que quedé limpio y que el dueño del celular entendió y comprendió; pero la ley se aplica, los medios hacen su trabajo y quienes están esperando ‘mover’ notas virales, lo hacen sin tampoco pensar”, externó.
Carlos explica que cuando fue llamado a rendir cuentas con la ley, buscó al vendedor justo en donde lo encontró, en el mercado virtual de Facebook, pero ya no estaba, el usuario había cancelado la cuenta y “quién sabe a cuántos más” habrá timado vendiendo cosas robadas, pero que evidentemente no tuvieron su suerte.
“La verdad, lo que hizo el dueño del celular lo tendríamos que hacer todos, poner en localizador al celular cuando se pierde y así pues evitar todo esto que me está pasando; yo he aprendido, soy inocente, yo no lo robé, mi pecado pues fue comprar lo que confié era legal, y no pedir siquiera la factura, pero nos vamos con la finta y como están ahí y todos entran y confiamos, pues pasa esto”, explica
Los 2 mil pesos del celular “bara” se convirtieron en 102 con el pago de abogado, las copias, la gasolina, las llamadas, comprar ahora sí, un celular en una tienda establecida; comida cerca de donde rendía declaración, en fin, mucho dinero, pero lo que más pesa, dice, es que su nombre hoy circula como “ratero”, cuando él confió y lo timaron.
El Artículo 379 del Código Civil, indica que “No se castigará al que, sin emplear engaño ni medios violentos, se apodera una sola vez de los objetos estrictamente indispensables para satisfacer sus necesidades personales o familiares del momento”.
El artículo 380 destaca que: “Al que se le imputare el hecho de haber tomado una cosa ajena sin consentimiento del dueño o legítimo poseedor, y acredite haberla tomado con carácter temporal y no para apropiársela o venderla, se le aplicarán de uno a seis meses de prisión o de 30 a 90 días multa, siempre que justifique no haberse negado a devolverla, si se le requirió a ello. Además, pagará al ofendido, como reparación del daño, el doble del alquiler, arrendamiento o intereses de la cosa usada”.
Comprar barato y sin factura de por medio, comete un error, evita problemas legales y antes de pensar en el costo, piensa en tu tranquilidad ¡ojo!
