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¿Y que siga la fiesta?

Culiacán, Sinaloa, 22 de abril 2024. Hace tres días, los banqueros de México (y sus socios extranjeros, casi todos mayoritarios) celebraron en Acapulco su Convención Bancaria número 87, misma...

Jorge Guillermo Cano
Jorge Guillermo Cano | Jorge Guillermo Cano

Culiacán, Sinaloa, 22 de abril 2024. Hace tres días, los banqueros de México (y sus socios extranjeros, casi todos mayoritarios) celebraron en Acapulco su Convención Bancaria número 87, misma que, como siempre ha sucedido, les sirve para justificar lo injustificable (sus ganancias exorbitantes) y que en tiempos electorales se convierte en pasarela para los candidatos a la presidencia. Esta vez dos mujeres y un hombre.

De entrada, los dueños del dinero (ajeno) trataron de justificar que las “utilidades” sin precedente de la banca mexicana (muy superiores a sus matrices extranjeras) “son resultado de un mayor dinamismo de la actividad crediticia en los últimos años y no están directamente relacionadas con los altos niveles en las tasas de interés”, enfatizaron los directivos de la Asociación de Bancos de México (ABM).

OCULTAR LO INOCULTABLE

Que no son las desproporcionadas tasas de interés (lo que explica “un porcentaje”, dicen) la principal fuente de sus ganancias, sino por el “balance históricamente más grande de la banca”; por el crecimiento del crédito, la inversión y, por supuesto, “los costos aumentan”.

No mencionan otra fuente: el abusivo (incluso ilegal, si se va al fondo) diferencial entre los intereses que se pagan al ahorrador y el que cobran  a quien le prestan.

El caso es que, en 2023, los bancos, que operan en México, según sus propios datos, acumularon 273 mil 314 millones de pesos de ganancia, un aumento de más del diez por ciento en comparación al año anterior.

Y en el primer bimestre de este 2024, ya impusieron nuevo récord de utilidades: en tan solo dos meses, 48 mil 368 millones de pesos, 12.8% más que en el mismo lapso del 2023.

LES HA IDO MÁS QUE BIEN

Desde el año pasado (y muchos más) los bancos “mexicanos” (en casi todos hay participación extranjera mayoritaria) han obtenido ganancias sin precedentes, por encima, hasta en nueve veces, del crecimiento económico del país.

En los primeros cuatro meses del 2023, las utilidades del sector bancario ascendieron a 92 mil 694 millones de pesos, un 30 por ciento más que en 2022 (71 mil 316 millones reportados) dio a conocer la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV).

En el primer trimestre del año pasado la economía nacional creció en un 3.6% mientras las ganancias estratosféricas de los banqueros en un 30 por ciento, llegando a casi 93 mil millones de pesos, la cifra más alta desde que se tiene registro.

EN MÉXICO, MÁS QUE UN BOTÓN

Un año antes, en 2022, el conjunto de bancos que opera en el país (50) obtuvo ganancias por 236 mil 743 millones de pesos, un incremento de 30.9 por ciento con respecto a los 182 mil 75 millones reportados en el mismo lapso del 2021, con datos oficiales de la CNBV.

Esas ganancias, en buena medida obtenidas por lo que se puede calificar de prácticas de usura, se consideran “históricas” y son muy superiores a las que lograron antes de la pandemia, en 2019.

De acuerdo con la CNVB, Banorte, BBVA, Santander, Citibanamex, HSBC y Scotiabank, concentraron el 75.6% de las ganancias de ese año: 179 mil 117 millones de pesos, y la tendencia a la concentración y aumento disparado ha seguido.

Con las grandes empresas mexicanas, en sociedad con el capital extranjero, en general, sucede lo mismo: más ganancias que antes de la “crisis”.

Y eso es, quiérase ver o no, parte sustancial del fondo del asunto, el verdadero problema que, a nivel mundial, en efecto, no solo en México, agudiza la terrible disparidad, el deterioro social y las desviaciones que hoy privan en todas partes.

Mientras, como bien dice Joseph Stiglitz, Premio Nobel de Economía, un impuesto a los multimillonarios del planeta es indispensable para enfrentar la crisis mundial que ha ocasionado la concentración del capital en unas cuantas manos. Precisamente lo que el prianredismo y la oligarquía quieren que siga. Y mientras los dejen.

EN EL TINTERO

-En la pasarela bancaria de Acapulco: de Gálvez, ataques sin ton ni son, como siempre, entreguismo a la banca y a Estados Unidos (aplausos de la oligarquía financiera); Máynez, tratando de quedar bien (disfrazada tolerancia para él) y Sheinbaum con sus propuestas y reflexiones (frialdad y escasa cortesía de los banqueros multi millonarios). La morenista, sin sorpresa alguna, marcó la diferencia.

-Ya no hay duda, el tal Alito que controla el PRI le está dando el dinero que debiera ir a la campaña de doña Xóchitl, y a otras campañas, a su candidata Paloma en Sinaloa, él mismo lo hizo ver. ([email protected]).

Fuente: Internet

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