Se ha tenido una postura muy pobre, deficiente y preocupante del gobierno federal en torno a asuntos importantes como el futuro del programa de las estancias infantiles. Eso aumenta incertidumbre de la gente sobre acciones gubernamentales de las que tiene derecho a recibir información oportuna, suficiente y cierta.
No se ha mostrado esa capacidad, cuando menos no en este caso tan sensible.
No todas son malas, pero hay decisiones que no se acaban de entender en estos tiempos de la austeridad republicana y de la “cuarta transformación”, que tienen un impacto relevante en la vida de millones de mexicanos y que evidentemente no se sostienen con argumentos convincentes.
El gobierno federal decide reducir el presupuesto para el Programa de Estancias Infantiles para Apoyar a Madres Trabajadoras de poco más de 4 mil millones de pesos en 2018, a solo 2 mil millones de pesos en 2019, bajo la justificación de que hay mucha corrupción en la operación del mismo.
No dudo que la haya, pero no se puede actuar cortando la cabeza de alguien solo porque requiere una cirugía en el dedo meñique de su mano izquierda.
Si fuera el caso solo de corrupción, ahí están las herramientas para proceder jurídicamente contra los responsables y buscar su ejemplar castigo.
Es un argumento engañoso, porque más corrupción hay en el reparto del millonario botín con recursos públicos que se entrega a los partidos políticos nacionales, y ahí nadie toca nada.
¿Por qué el Ejecutivo, teniendo mayoría parlamentaria, nada propuso en cuanto al financiamiento a los partidos, del que Morena se lleva este año 1 mil 569 millones de pesos, o sea lo equivalente al 75 porciento de lo que se le otorga al programa de estancias infantiles este año, y sí en cambio reduce el presupuesto para un fin tan noble como el funcionamiento de éstas?
Para los partidos este 2019 son casi 5 mil millones de pesos, mientras que para las estancias infantiles 2 mil millones de pesos, y no hay punto de comparación alguno sobre el impacto social de ese dinero en uno y otro rubro.
Con el programa de estancias infantiles se lleva atención de calidad a menores, bien cuidados en espacios adecuados, con personal capacitado, brindando tranquilidad a las madres y la posibilidad de laborar para llevar un ingreso extra a su hogar.
Con el dinero público a los partidos, en cambio, se mantienen los privilegios de una clase política voraz e insaciable de dinero público, se sostiene a una burocracia partidista que no deja beneficio alguno a la sociedad y se mantiene a una camarilla acostumbrada a vivir de estas prerrogativas, que se creen además parte de una especie de casta divina a quienes todos deben rendir pleitesía y financiarle todos sus caprichos.
En Sinaloa hay cerca de 15 mil menores en riesgo de no ser atendidos en este tipo de estancias subsidiadas, con casi 2 mil empleados en 350 establecimientos que tendrían que dejar de operar, todo en riesgo por la amenaza que está a punto de concretarse contra este programa.
Cuando menos se requiere información oficial precisa para que padres de familia, personal de las guarderías y dueños de las mismas tomen las mejores decisiones.