Rubén Rocha Moya cumple con un año al frente del gobierno del estado de Sinaloa. El pasado 23 de noviembre, Rubén Rocha tuvo a bien regresar al formato de comparecencias presenciales al Congreso del Estado –por cierto, los diputados le tienen miedo a la palabra comparecencia y decidieron utilizar el eufemismo: “reunión de trabajo”-. Es algo que agradecer al actual gobernador y reconocer el cambio en las formas.
En el marco de dicho informe es pertinente realizar una evaluación sobre el desempeño de la actual admiración. En ese sentido podemos utilizar como analogía la película de culto del género Spaghetti Western del gran director italiano Sergio Leone: el bueno, el malo y el feo.
Lo bueno:
Rubén Rocha Moya, al igual que todos los gobernadores, tiene su particular estilo de gobernar; si bien, los últimos cinco gobernadores intentaron venderse como “cercanos al pueblo” con diferentes acciones (desde los bailes y el gobierno en movimiento de Malova, los juegos de beisbol de Aguilar Padilla hasta las “rodadas” de Quirino Ordaz), el actual gobernador morenista decidió tener un mandato con más apertura a los medios. Contesta sin tapujos a las preguntas, a veces con más soltura de lo que la prudencia dicta; sin embargo, su estilo de gobernar empatiza con el ciudadano. Además, ya es muy suyo eso de presentarse a comer o departir algún tipo de vianda en las casas de las comunidades más apartadas de Sinaloa.
En el renglón de las finanzas también se lleva una estrellita en la frente. No se tiene conocimiento de algún tipo de crisis financiera o malos manejos del erario. Hay tranquilidad en las finanzas estatales. El renglón de la seguridad es de destacar. Las cifras de asesinatos van a la baja y la percepción de una buena política pública se percibe en las encuestas del INEGI.
Lo malo
El tema de la economía no es algo que presumir en este primer año de gobierno. Los resultados indican que Sinaloa se encuentra en niveles previos a la pandemia cuando hay 19 estados que ya están por encima de los números del 2019. El tema del empleo sigue siendo polémico. No hemos tenido la capacidad de salir del círculo vicioso de creación de empleos indexados a los ciclos agrícolas. Nuestra entidad continúa en los últimos lugares de nivel de sueldos registrados ante el IMSS. Los números nos cuentan la continuación de una política y modelo económico mediocre para Sinaloa; por desgracia no se ve un cambio en el corto plazo. La inercia de anteriores gobiernos se sigue arrastrando sin una propuesta innovadora para dar vuelta a la tendencia.
Los proyectos de infraestructura de gran calado han brillado por su ausencia en este año. El gobierno apuesta por un gasto social, pero olvida que para financiar ese gasto social es necesario que el estado consiga niveles de crecimiento superiores a los que actualmente tiene (2%). Sin la infraestructura carretera, portuaria, turística, urbana, etc. será muy complicado mantener los niveles de gasto social para la siguiente década.
Lo feo
Las salidas de Jesús Estrada Ferreiro y Luis Guillermo Benítez de las alcaldías de Culiacán y Mazatlán respectivamente son un tema político. El Congreso del Estado no se manda solo (aunque debería), desde ahí se operó legalmente para obedecer un mandato político a dos personajes que eran incómodos para el grupo en el poder. Los dos alcaldes salieron por acusaciones de uso indebido de la función pública y severas acusaciones de corrupción; sin embargo, Luis Guillermo Benítez fue incorporado al gobierno estatal a pesar de estar acusado de malos manejos en la administración mazatleca. Eso es algo feo por donde se le quiera ver.
El otro suceso feo en esta administración fue el descubrir una bodega llena de medicamentos caducados que no fueron entregados a centros de salud. Es verdad que no fue la administración pasada la responsable de ese abominable error (por no llamarlo crimen), pero el asunto se barrió debajo de la alfombra y no se volvió a saber de eso. No hay información de acusados penalmente o administrativamente por esa barbaridad.
Bonus:
No sé en qué categoría ubicarlo, pero los cambios en secretarías (Salida de Héctor Melesio Cuén y Ruth Díaz) son hechos diferentes. Muy pocos gobiernos cambian secretarios en tan poco tiempo.
Eso es algo que distingue a esta administración: es de poca paciencia.
Un año es suficiente tiempo para conocer el camino que pretende tomar un gobierno. Desde mi perspectiva, no tendremos muchos cambios de fondo en el futuro de Sinaloa. Seguiremos padeciendo en la mediocridad económica; muy pocos cambios en las vocaciones productivas; tendremos que ser pacientes para ver resultados en el combate a la pobreza, pero no espero grandes resultados. Tenemos un gobernador muy empático, maduro, responsable con un gobierno de inercias.
¿Usted qué opina amable lector? ¿Qué le pareció el arranque de este gobierno?
