En opinión de jurisconsultos, los cobros en las casetas de peaje, en carreteras de común en muy malas condiciones, son sencillamente anticonstitucionales. En consecuencia, deberían de ser cancelados (los cobros) y permitir el libre tránsito como lo mandata nuestra ley máxima.
Pero, entre los argumentos oficiales para seguir con el cobro, se dice que las carreteras se “concesionan” a particulares, o se hacen en sociedad (que lo es, en efecto); también que si medio las arregla el gobierno, se puede cobrar el mantenimiento.
Como sea, llegan los altos cobros, desproporcionados si se atiende el nivel de calidad y, como ya se ha dicho, si se atiende la letra constitucional, ilegales pues violentan el artículo once de nuestra Constitución:
Artículo 11. Toda persona tiene derecho para entrar en la República, salir de ella, viajar por su territorio y mudar de residencia, sin necesidad de carta de seguridad, pasaporte, salvoconducto u otros requisitos semejantes.
Pero los gobiernos (federal y estatales) con sus cobros y retenes violan flagrantemente ese artículo.
AL LUCRO Y A LA “CAJA CHICA”
Los subterfugios oficiales son varios y, en algunos estados, recurren al pretexto de que “para que exista una vía de paga, el Estado debe proporcionar una ruta alterna gratuita” y, según ellos, la proporcionan, lo que de común es falso, como sucede en casi todo el estado de Sonora y en varios puntos de Sinaloa.
De acuerdo con la lógica oficial, y empresarial privada, “los automovilistas tienen la opción de transitar por donde más les convenga”. No es así.
Recurren también al Artículo 31, fracción IV: “Son obligaciones de los mexicanos: Contribuir para los gastos públicos, así de la Federación, como del Distrito Federal o del Estado y Municipio en que residan, de la manera proporcional y equitativa que dispongan las leyes”.
Esa disposición no puede entrar en conflicto con el artículo once y claramente los cobros que se aplican no cumplen con la salvedad descrita en el texto. Además, para eso están los impuestos “regulares”, hasta por un refresco.
Las cuotas carreteras no van al gasto público, el de beneficio social, sino a aumentar las ganancias del sector privado y nutrir la “caja chica” de gobernantes.
¿REGLAMENTO O CONSTITUCIÓN?
El gobierno también se quiere cobijar en el artículo 107 del “Reglamento de Tránsito en Carreteras y Puentes de Jurisdicción Federal”, donde se establece que “los conductores que decidan utilizar las vías federales de acceso controlado deberán cubrir el pago correspondiente en las casetas instaladas para el efecto”.
De ahí derivan que “la libertad de tránsito en carreteras Federales implica la obligación de realizar el pago de las casetas de cobro que hubiere en el trayecto”.
Pero se trata de un reglamento que se sacaron de la manga y que de ningún modo puede operar por encima de la Constitución. Les vale, lo mismo que pasa con los retenes.
Y NADIE LOS PARA
Periódicamente suben las tarifas del mentado “peaje” en casi todas partes; en Sonora casi llegan a cien pesos por unos cuantos kilómetros y en los “libramientos” son mucho más altos. En Sinaloa también han aumentado recientemente, y en todo el país.
Ni caso en abundar más: esos cobros, mientras no se demuestre lo contrario, y en apego a la ley, son ilegales, anticonstitucionales. Mientras los gobiernos los sigan imponiendo están actuando en contra de nuestra Ley máxima. Punto.
En todo caso, que se abra el debate democrático, se expongan los argumentos y se resuelva lo justo. ¿Será posible?
EN EL TINTERO
-Aparte, las carreteras de Sinaloa, prácticamente todas, especialmente las de paga, literalmente en la ruina.
-La política mexicana, en todas partes, un circo de tres bandas. ¿Que antes era lo mismo? Van raudos por el empate y el adelanto.
-Que en Estados Unidos demócratas y republicanos están peor, mal de muchos…
-Para no variar, el “premio nacional del deporte” a la mercadotecnia deportiva y el despropósito.
-Ganó Lula en Brasil. Su oponente, epígono trumpista, no lo ha reconocido. Grandes retos y un país dividido por las mentiras de la ultra derecha.
-Culiacán, en el caos vial irresoluble. Las “autoridades”, incapaces y ausentes por completo (como en muchos otros aspectos).
-A ver hasta cuándo. ([email protected]).