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Nuestra Patria, es una geografía delimitada, y que, jurídicamente ha sido ordenada como la nación en que hemos nacido.
Es asimismo, nuestra patria, un lugar en que habitamos hermanados por vínculos jurídicos, históricos y afectivos.
Podríamos decir también, aunque de manera más coloquial, que nuestra patria es el pedazo de tierra en el que hemos visto la luz primera de nuestras vidas.
En esencia, la Patria, es el ente aquel, que desde niños nuestros maestros nos inculcaron amar, venerar, honrar, respetar y defender con nuestra propia sangre.
Por mi parte, creo que la patria mexicana somos todos, y por ende, es de todos.
Por esas razones, creo que, cuando a un grupo de individuos se les tilde como TRAIDORES A LA PATRIA, debe ser motivo de un gran dolor cívico y moral. Y es que se entendería que por ser mexicanos, se traicionaron a sí mismos.
Y la pregunta surge entonces, apresurada y quizá impertinente; ¿En qué momentos, aspectos, términos jurídicos o conductas personales se podría adjudicar en México, la acusación de TRAICION A LA PATRIA?.
Es decir, donde se sustentaría esa sentencia lanzada públicamente por el Presidente de México Andrés Manuel López Obrador, en contra de los Diputados que rechazaron su proyecto de reforma eléctrica?.
Para algunos, la fuerte sentencia del mandatario nacional, sería una reacción causada por el gran disgusto que el revés legislativo le originó en su estado de ánimo.
O sería tal vez, una expresión mediática que busca incendiar las conciencias de sus millones de seguidores, en una preclara invitación a que lo acompañen en su acto de satanizar y exhibir como malos mexicanos a los legisladores rebeldes a su gobierno.
Otro ángulo analítico diría que se trata de una sanción con claros objetivos de dañar la moral, el honor, y desde luego, el amor que sienten, o debieran sentir por su nación los Diputados opositores al régimen político en el poder.
Pero, donde los comentarios se centran en mayor medida, respecto a la sentencia de TRAIDORES A LA PATRIA, dictada para los que “dieron de palos” a la Reforma de marras, descansa en el terreno político electoral.
Y si, en efecto, creo de manera muy personal, que las cosas se están dando en estos términos; Es decir, hay elementos para pensar en que la venganza de Morena está cerca y en proceso.
Tan cerca como el próximo 5 de junio, cuando se pondrán en disputa las gubernaturas en 6 Estados de la República en unas elecciones que se anticipan cruentas y hasta temerarias.
Y es que la polarización de la animadversión entre los bandos políticos confrontados es evidente y difícil de negar.
Por desgracia, la confrontación es a todas luces alentada por los mismos líderes políticos y gobernantes de Estados y municipios, quienes buscando satisfacer sus afanes personales, se han encargado de alimentar ese odio de unos hacia otros.
Por ello, es que en las elecciones del 5 de junio, MORENA y sus aliados sostendrán una nueva y épica batalla política frente al bloque opositor “Va por México” integrado por el PRI-PAN-PRD-y M.C.
La guerra electoral está tocando las puertas de los cuarteles políticos, y los guerreros políticos preparan desde ya sus lanzas.
¿Y que mejor, que aprovechar el amargo elíxir de su reciente derrota política, para extraer de su esencia el antídoto para combatir o al menos debilitar el virus opositor hacia la contienda electoral que se avecina?.
Entendamos entonces que la Reforma eléctrica, proveerá la “vacuna” política- electoral anti PRIAN-PRD.
Las primeras dosis se observan ya en los calificativos de traidores a la patria, ladrones, corruptos, antimexicanos, sátrapas, vende patrias y promotores de la maldición de la Malinche.
Nuestros connacionales están divididos y hacia allá seguimos transitando; Ayer fue la reforma eléctrica, y hoy está en discusión ese novedoso mineral conocido como LITIO. Polémicas al vapor.
Y en días por venir, saltará a la palestra el tema de la reforma a la ley electoral, que de igual manera habrá de enfrentar a las fuerzas políticas en una guerra de nunca acabar.
¿Cuándo podremos entonces los mexicanos ver actos enmarcados en un consenso serio, maduro, responsable, congruente y alineado con el verdadero interés de los millones de mexicanos desempleados, enfermos y desprotegidos, que viven mirando siempre hacia su desolado y triste horizonte?… Nos veremos enseguidita.
