Culiacán del caos vial, los baches y los topes, Sinaloa, 07 de enero 2019. Por muchas razones, 2018 fue un año que tendrá lugar en los pormenores históricos por diversas causas y, la principal, la culminación de un proceso electoral cuyo desenlace estuvo signado, sin sombra de duda, por la indignación ciudadana ante un sistema a todas luces inequitativo, injusto, corrupto y prepotente.
Responder al justo y enérgico reclamo de la población, cambiar en serio, dejarse de retórica barata y actuar en efectivo beneficio de las clases históricamente oprimidas, es el reto de los gobiernos emergentes.
En el 2018 México se acercó a tocar fondo en la problemática económica y financiera (lo que significaría que lo peor ha pasado y los tiempos venideros, cuando menos, no pueden ser más malos) pero no hay certeza de que así sea y el ambiente de incertidumbre, con los riegos inherentes de reeditar traumáticas experiencias recientes, sigue presente.
Y seguirá si se quiere gobernar preservando las bases del sistema que nos ha hundido como pueblo. Gobernar con “equidad” para pobres y ricos, al mismo tiempo, es una falacia.
PORQUE SIGUE AHÍ
Sucede que las causas de origen que desencadenaron la crisis permanecen; que las grandes asimetrías sociales están ahí y que las fuentes de la legítima inconformidad: inequidad mayoritaria y privilegios selectivos, continúan inamovibles.
En consecuencia, el nuevo año no implica, por sí y de manera obligada, probabilidades reales de cambio, en tanto el modelo neoliberal siga operando a plenitud con todo lo que acarrea y de sobra conocido.
Sin embargo, como es natural y entendible, 2019 sí abre expectativas de transformaciones sobre la base de modificar el modelo económico y establecer nuevas relaciones democráticas en el país.
PARA CAMBIAR EN SERIO
La necesidad de los cambios efectivos (pero sobre las bases del sistema) parece ser una idea que cada vez cobra más adeptos, se avanza en el convencimiento de que de su aceptación o rechazo depende la conservación del pacto social en México.
A estas alturas no es dable seguir apostando al proverbial aguante del pueblo mexicano y a su paciencia de siglos. No entenderlo así equivale a negar una realidad que ya se ha expresado en toda su dramática dimensión y, si no se atienden los reclamos históricos, las causas de fondo pueden desencadenar reacciones imprevisibles.
Un balance somero del 2018, incluso sin consignación estadística, pone en evidencia que la inconformidad social se puede desbordar. Como país, andamos bastante mal en lo económico (pese a todo lo que se pueda decir en contrario desde la oficialidad) y ello impacta las de por sí difíciles condiciones de vida de la mayoría de los mexicanos.
Pero la carga de la crisis es diferenciada y para unos pocos grandes potentados sigue siendo un gran negocio.
Si el gobierno tiene el firme propósito de salir al paso de las desigualdades, los rezagos y las carencias, entonces no hay duda que tendrá que establecer claras definiciones de política interna y externa, revisando a profundidad la posición del gobierno mexicano frente a la globalización comercial y financiera en un mundo injusto y desigual.
SINALOA EN LA TANDA
En lo que toca a Sinaloa, el panorama para el 2019 no es muy distinto al del resto del país. Acaso la nueva composición de las fuerzas políticas en el estado, los riesgos de la intolerancia que conlleva el triunfalismo, establece alguna diferencia más o menos relevante.
No hay, sin embargo, determinaciones fatales, de una vez y para siempre y, en todo caso, se puede fincar la esperanza en la recuperación de la actoría social, en la organización libre y a la vez comprometida con los cambios más urgentes; en la participación consciente, a partir de la discusión reflexiva sobre la problemática socio-económica y política.
A eso seguimos apostando, pero no hay incondicionalidad alguna en estas líneas.
EN EL TINTERO
-La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) manifestó su preocupación pues México se ubica en la posición 135 de 180 países de acuerdo con el Índice de Percepción de la Corrupción 2017 de la organización Transparencia Internacional.
-A escala regional también estamos entre las peores posiciones de América Latina y el Caribe, con base en una evaluación realizada por la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE).
-La aplanadora morenista es, como se está viendo, de selectiva operación, pero lo es, sin duda, como en los tiempos aquellos ¿estos?
-Y para que vean que muy poco se tiene que envidiar al nivel académico de muchas universidades gringas, Ricardo Anaya será maestro en una de ellas. De “asuntos internacionales y públicos” será su “cátedra”. Habrase visto.
-El apunte, también en “Vértice de Sinaloa” (verticedesinaloa.net); Línea Directa (https://www.lineadirectaportal.com); Didáktica (http://www.didaktica.com); Sitio Telles (http://www.jorgeluistelles.com) y en “voces del periodista”, revista del club de periodistas de México (vocesdelperiodista.com.mx). ([email protected]).