Las formaciones especiales vinieron a “robar” muchos batazos de hits el verano pasado en las Grandes Ligas. Y se cree que eso provocó que la microscópica lista de jugadores que cruzaron la línea de .300 de porcentaje fuera apenas de tres elementos en todo el circuito, incluyendo la Americana y Nacional. Los únicos que consiguieron ese promedio fueron Jeff McNeil (.326), Freddie Freeman (.325) y Paul Goldschmidt (317).
Antes de arrancar esta temporada del 2023 se cambiaron algunas reglas, y entre ellas, aunque no estaba establecida, era el de evitar que los jugadores de cuadro realizaran esas formaciones que impedían más carreras, más producciones y porcentajes más bajos de bateo como los que se registraron, todos de la Nacional.
Pero, ¿realmente esas ubicaciones de cuadro causaron los estragos que llevó a solo tres elementos a rebasar la línea de los .300? Yo creo que no. Hay que darles el mérito a los lanzadores que con todo esto de la sabermetría tienen todavía el control sobre los bateadores, como se refleja en la actual campaña, donde aún no se llega a la mitad del calendario y apenas 14 jugadores libran ese promedio o más.
Ya sin formaciones especiales tan claras como sucedieron el año pasado, los altos promedios de bateo no continúan siendo tan escandalosos como del 2021 hacia atrás.
Hasta antes de empezar la jornada del martes 13 de junio, el porcentaje más alto lo tiene el venezolano Luis Arraez (Marlins) con .391, y que durante algunas semanas llegó a cotizar más allá de los .400, seguido de un Freddie Freeman que mantiene esa regularidad que el año pasado lo condujo a un segundo lugar de bateo en todas las Ligas Mayores.
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Para beneplácito de nosotros los mexicanos, un compatriota presume estar en esa selectiva lista de 14 con un honroso octavo lugar que le da ese .307; Joey Meneses.
Ya separándolos por Ligas, diremos que la mitad son de la Americana y la otra mitad de la Nacional, con la diferencia de que en esta última Arraez y Freeman le dan un toque más especial por sus altos dividendos.
Entonces, hay que admitir que no son las formaciones especiales las que originaron que la lista de batearon arroba de .300 fuera tan corta. La sabermetría sigue dando resultados a quienes la están aplicando, porque han sabido analizar y estudiar bien a los bateadores.
Quizá no estemos muy lejos de ver a un campeón bateador abajo del promedio de los .300. Al menos del 2000 a la fecha ese fenómeno no se ha registrado, pero con tantos inventos que están surgiendo y cambiando la esencia del juego de pelota, tarde que temprano puede suceder. Ya verán.
A LA BAJA. Los Dodgers se armaron para ganar sí o sí la Liga Nacional. Sin embargo, el equipo ha ido en descenso en los últimos 15 días desde que Julio César Urías pasó a la lista de incapacitados. No quiero decir con esto que eso sea realmente la causa, pero el conjunto no ha funcionado como se proyectó.
En su zona están siendo dominados por Arizona, que ni por asomo se pensaba que podía estar dando esa sorpresa. Falta mucho terreno por recorrer, pero si la regularidad no vuelve al equipo de Dave Roberts, podría sucederlos lo mismo que a los Padres de San Diego recientemente, cuando después de estar trepados buen rato en la cima del casillero terminaron la campaña casi a 30 juegos de distancia.