Arrancó la temporada del circuito veraniego de béisbol profesional, el cual no sé si llamarlo por su nombre original (Liga Mexicana de Beisbol) o como Liga de Beisbol Profesional para Extranjeros en México. El caso es que por los cambios que hicieron y a lo que ellos llaman nueva estructura, ha provocado que cientos de peloteros nacidos en nuestro país tengan que emplearse en otro oficio que no sea este juego de pelota.
La campaña que arropa ahora a dos organizaciones más tras una expansión (Querétaro y Chihuahua, que regresa), relegó al producto local de forma bastante burda, lo que seguramente debe tener a don Alejo Peralta y Pedro Treto Cisneros –defensores del nacionalismo”- revolcándose en sus tumbas.
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Los equipos abrieron ampliamente las puertas al pelotero pocho y nacionalizado de manera desmedida, a tal grado de que el mexicano que logró pasar el embudo de selección a los rosters puede sentirse un privilegiado o un suertudo.
Mire usted: con 20 escuadras y rosters cuyo tope es de 32 elementos (640 en total), el jugador doméstico ocupa apenas una tercera parte de esas plantillas (222) de acuerdo a las listas proporcionadas por las organizaciones previo a la voz de playbol la semana pasada.
En algunos clubes la presencia de mexicanos no alcanza el doble dígito, como el caso de los Tecolotes de los Dos Laredos, que de sus 32 registros apenas un par de ellos son jugadores cuyo ombligo fue enterrado en suelo azteca. Digamos que Alejandro Barraza y Oscar Cuello, ambos lanzadores, deben estar más contentos y felices que aquella cuya última vez le pegó al Melate llevándose más de 350 millones de pesos.
En ese rubro están también el Unión Laguna (8), Tabasco (7), Tijuana (5), Saltillo (9) y Monclova 7.
Los Acereros, por cierto, fueron muy críticos de este punto cuando llamaron a Tijuana como los “Pocho-Toros”, precisamente cuando el cuadro fronterizo se presentó en una campaña con una enorme lista de nacionalizados y elementos nacidos en el extranjero con raíces ancestrales de México. Como dicen en mi rancho: “cae más pronto un hablador que un cojo”.
Los ex Tigres del extinto Peralta, que algunas veces se dieron el lujo de participar con puros mexicanos con el propósito de fomentar y hacer cultura de que al local debía dársele más oportunidades, también se contagió de ese virus simple y sencillamente porque no quise quedarse en desventaja. Hoy los felinos con sede en Cancún tienen en su plantilla a un total de 16 elementos “foráneos”.
Pero tengan ustedes la seguridad que la lista no quedará en esos 418 arriba señalados. Desde el momento en que sus flamantes contrataciones empiecen a no dar resultados, recurrirán al mercado de importación, no porque aquellos que se quedaron sin trabajo no tengan la capacidad para cubrir esos espacios, sino porque son elementos más baratos.
La misma biblia lo dice que veremos cosas peores. Así el negocio.